11/11/2025
_*Noviembre 11, Reflexión Del Solo por hoy & Texto Básico*_
*De la rendición a la aceptación*
"Nos rendimos tranquilamente y dejamos que el Dios que nosotros concebimos cuide de nosotros."
*_Texto Básico, p. 31_*
🔹🔹🔹
La rendición y la aceptación son como el enamoramiento y el amor. El enamoramiento empieza cuando conocemos a alguien especial y no requiere nada más que el reconocimiento del objeto de nuestro capricho. Pero para que el enamoramiento se convierta en amor, hace falta mucho esfuerzo. Ese vínculo inicial debe alimentarse lenta y pacientemente para que se convierta en un lazo sólido y duradero.
Lo mismo sucede con la rendición y la aceptación. Nos rendimos cuando reconocemos nuestra impotencia. Poco a poco llegamos a creer que un Poder más grande que nosotros puede brindarnos el cuidado necesario. La rendición se convierte en aceptación cuando dejamos entrar ese Poder en nuestra vida. Nos examinamos y dejamos que nuestro Dios nos vea tal como somos. Después de haber permitido que el Dios que concebimos acceda a lo profundo de nuestro ser, aceptamos mejor su cuidado. Le pedimos que nos alivie nuestros defectos y nos ayude a enmendar las faltas cometidas. Luego, nos embarcamos en una nueva forma de vida, mejoramos nuestro contacto consciente y aceptamos que nuestro Poder Superior siga cuidándonos, guiándonos y fortaleciéndonos.
La rendición, como el enamoramiento, puede ser el principio de una relación de toda la vida. Pero para convertir la rendición en aceptación, debemos dejar que el Dios que concebimos cuide de nosotros a diario.
🔹🔹🔹
*Sólo por hoy:* Mi recuperación es más que un enamoramiento. Me he rendido. Hoy, alimentaré mi contacto consciente con un Poder Superior y aceptaré que siga cuidándome.
*◇◇◇◇◇◇*
_*Texto Básico p. 31 ⬇️*_
Aunque sepamos que esta «entrega» funciona, puede que todavía queramos retomar el control de nuestra voluntad y nuestra vida. Incluso, hasta puede que lleguemos a enojarnos porque Dios lo permite. Hay momentos en nuestra recuperación en que pedir ayuda a Dios es nuestra mayor fuente de fortaleza y valor. Podemos tomar esta decisión tantas veces como sea necesario. Nos rendimos tranquilamente y dejamos que el Dios que nosotros concebimos cuide de nosotros.
Al principio teníamos algunas preguntas en la cabeza que no paraban de darnos vueltas: «¿Qué pasará cuando entregue mi vida? ¿Me volveré “perfecto”?» Quizás hayamos sido más realistas. Algunos tuvimos que recurrir a un miembro con más experiencia en NA y preguntarle: «¿Cómo ha sido para ti?» La respuesta varía de un miembro a otro. La mayoría creemos que la clave de este paso consiste en ser receptivos, tener buena voluntad y rendirnos.
Hemos entregado nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de un Poder superior a nosotros. Si somos minuciosos y sinceros notaremos un cambio positivo. A medida que comprendemos el significado verdadero de la entrega, nuestros temores disminuyen y la fe empieza a crecer. Ya no luchamos contra el miedo, la ira, la culpa, la autocompasión ni la depresión. Nos damos cuenta de que el Poder que nos trajo a este programa sigue estando con nosotros y continuará guiándonos si se lo permitimos. Poco a poco empezamos a perder el miedo paralizador de la desesperación. La prueba de este paso se ve en la manera en que vivimos.
Hemos llegado a apreciar la vida limpios y queremos disfrutar de otras cosas positivas que tiene la Confraternidad de NA para nosotros. Ahora sabemos que no podemos detenernos en nuestro programa espiritual; queremos todo lo que podamos conseguir.
Ahora estamos listos para nuestra primera autoevaluación sincera y empezamos con el Cuarto Paso.