12/08/2024
La colédocolitiasis se refiere a...
La presencia de cálculos biliares en el conducto colédoco, el conducto que transporta la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hasta el duodeno.
Su etiología, es decir, de qué o de dónde vienen, tenemos que dividirlos en:
• Cálculos primarios, que forman directamente en el conducto biliar, generalmente debido a estasis biliar o infecciones recurrentes; son más comunes en países asiáticos.
•• Cálculos secundarios, que provienen de la vesícula biliar y migran hacia el colédoco; representan la mayoría de los casos en Occidente y están compuestos principalmente de colesterol.
En cuanto a su epidemiología, su prevalencia es de aprox. el 10-15% de los pacientes con colelitiasis (cálculos en la vesícula biliar) desarrollan colédocolitiasis y sus factores de riesgo son:
Edad avanzada, s**o femenino, obesidad, rápida pérdida de peso, embarazo, y algunas condiciones genéticas como la enfermedad de células falciformes.
Su cuadro clínico se presenta con síntomas como el dolor abdominal localizado en el cuadrante superior derecho o epigastrio, y que puede irradiar a la espalda o al hombro derecho; otro síntoma es la ictericia, debido a la obstrucción del flujo biliar; se presentan la coluria (o***a oscura) y acolia (heces claras).
Finalmente podemos encontrar fiebre, que ya nos puede sugerir colangitis, una infección del conducto biliar, que es una emergencia médica.
Su diagnóstico se lleva a cabo con exámenes de laboratorio, donde encontraremos elevación de bilirrubina, fosfatasa alcalina y transaminasas; el apoyo de imagenología, donde el ultrasonido es útil de primera línea para detectar la dilatación del conducto biliar.
Cuando se puede, tenemos a la colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM), un estudio no invasivo y de alta sensibilidad para detectar cálculos en el colédoco.
Hay una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), que al mismo tiempo es diagnóstica y terapéutica, se utiliza para extraer cálculos.
El tratamiento de elección es la extracción de cálculos; en algunos casos, se realiza una esfinterotomía endoscópica para prevenir futuras recurrencias.
La colecistectomía, que cuando los cálculos son secundarios a colelitiasis, se recomienda la extracción de la vesícula biliar después de la extracción del cálculo del colédoco.
Finalmente, otra cirugía, donde en casos donde la CPRE no es exitosa o no está disponible, se puede considerar una exploración quirúrgica del conducto biliar.
Es importante mencionar las complicaciones, como la ya mencionada colangitis, que es una infección grave que puede llevar a sepsis; otra complicación es la pancreatitis, que puede ocurrir cuando un cálculo bloquea la unión pancreatobiliar; finalmente, las la estenosis biliar, que pueden resultar de la inflamación crónica o repetida.
El pronóstico es generalmente bueno si se trata de manera oportuna; sin embargo, las complicaciones como la colangitis o la pancreatitis pueden aumentar la morbilidad y la mortalidad.
Los avances más recientes son la mejora en las técnicas endoscópicas, donde la CPRE se ha perfeccionado, reduciendo complicaciones y aumentando las tasas de éxito; otro es el avance del desarrollo de técnicas no invasivas, como la CPRE virtual (CPRM), que es altamente sensible y específica para la detección de cálculos sin la necesidad de intervención invasiva.