07/12/2025
Hablando de fútbol: En cada Mundial, cuando millones observan a Cristiano Ronaldo, no solo ven a un jugador. Ven un recordatorio silencioso de lo que significa construir un destino desde adentro.
No admiramos únicamente los goles; admiramos la fuerza que los antecede: la mente que insiste, la voluntad que no cede, la identidad que se reconstruye cada día.
Porque en el fondo, Cristiano no representa al fútbol… representa esa arquitectura interna que todos llevamos: un conjunto de fuerzas, patrones y posibilidades que pueden elevarnos o detenernos.
Lo fascinante es notar que esa misma “arquitectura” (eso que en filosofía aplicada la hemos llamado como Arquetipos en Medicina Familiar) no pertenece a los héroes: pertenece al ser humano común que decide superar su propia versión anterior.
Finalmente, Cristiano Ronaldo, permite observar una metáfora del espíritu humano: la transformación como disciplina, el orden emergiendo del caos,
la intención modelando la realidad.
Tal vez por eso emociona tanto el futbol.
Porque, de alguna manera, todos sabemos que dentro de nosotros hay algo que quiere despertar, organizarse, avanzar...
Y en ese espejo llamado deporte, lo intuimos:
el verdadero partido siempre se juega hacia adentro.