21/04/2025
Otro testimonio, la Fe sostiene
Cuando su fuerza crece
y mi corazón se rompe 💔
Hoy escribo desde un lugar profundo. Un lugar donde el amor y el dolor se encuentran, donde la esperanza y el cansancio caminan juntos. Mi hijo tiene 9 años. Es autista. Y hoy vivió una crisis fuerte.
Cuando él tenía 3 años, las crisis también eran intensas… pero su fuerza física era menor. Podía contenerlo, podía ayudarlo de una manera diferente. Ahora, su cuerpo ha crecido, su fuerza también… y cada vez se vuelve más difícil poder controlarlo, poder protegerlo de sí mismo, poder ayudarlo en esos momentos donde su mundo interno se desborda y no hay palabras, ni consuelo humano que alcance.
Hoy me duele el cuerpo, sí… pero más me duele el corazón.
A veces siento que me estoy rompiendo en mil pedazos, y que nadie ve realmente todo lo que significa ser madre en esta travesía. Pero en medio del caos, hay algo que permanece: mi fe. Y aunque hoy lloré, aunque hoy me sentí cansada, sola y superada… tengo una esperanza que no se quiebra.
Dios, necesito tu consuelo.
Tú conoces este camino. Tú has estado conmigo en cada crisis, en cada noche sin dormir, en cada oración desesperada. Tú me has sostenido cuando ya no podía más. Y sé que contigo llegará un día donde no habrá más llanto, ni más tristeza, ni más dolor… tampoco autismo. La eternidad me da esperanza. Saber que allí, mi hijo y yo, seremos libres del sufrimiento… me sostiene.
Hoy escribo para recordarme a mí misma y a otras madres: Dios ve nuestras lágrimas. Él no es indiferente a nuestro dolor. Él camina con nosotras.
Oración :
Señor, en los días donde me siento sin fuerzas, cuando mi corazón duele más que mi cuerpo, recuérdame que no estoy sola. Que tú me ves, me entiendes y me sostienes. Ayúdame a seguir amando con valentía, incluso en medio del dolor. Dame sabiduría para guiar a mi hijo, paciencia para cada momento difícil y fe para nunca soltar tu mano. Gracias porque tú estás en el centro de esta historia, y porque hay una eternidad prometida donde todo será restaurado. Amén.
“Él enjugará toda lágrima de sus ojos. No habrá más muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.”
Apocalipsis 21:4