29/11/2025
Bosco tips: ¿Qué hacer con las ampollas de las quemaduras?
En el manejo de las quemaduras de segundo grado, la conducta frente a las ampollas o vesículas, constituye un aspecto crítico para optimizar la cicatrización y disminuir complicaciones.
Las quemaduras de segundo grado superficial epitelizan de manera espontánea gracias a la integridad parcial de los anexos dérmicos, mientras que las de segundo grado profundo pueden epitelizar en algunas zonas o, dependiendo del daño térmico, evolucionar hacia una cicatrización franca.
En ambos escenarios, el manejo adecuado de las ampollas influye en la calidad de la reparación.
Aunque la evidencia estadística formal es limitada, existe consenso entre especialistas en manejo quirúrgico del paciente quemado de que, las ampollas mayores de 6 mm, deben retirarse, ya que su tensión aumenta el riesgo de ruptura accidental, colonización bacteriana y dificultad para valorar la profundidad real de la lesión.
La eliminación controlada del techo ampollar facilita la evaluación del tejido viable y permite aplicar apósitos que favorecen la reepitelización o el manejo dirigido de zonas profundas.
En ciertos casos seleccionados, cuando la ampolla es amplia, íntegra y no contaminada, puede drenarse cuidadosamente y conservarse como apósito biológico temporal, siempre bajo la supervisión de un experto en cirugía de pacientes quemados.
El objetivo final es proteger la dermis viable, disminuir el dolor y favorecer la resolución óptima de la herida.
Bosco tips: ¿Qué hacer con las ampollas de las quemaduras?