02/12/2025
¿Te resulta familiar esta escena?
Vamos a comprarles ropa y, de repente, nuestras manos van hacia las prendas que nos recuerdan al niño o niña que teníamos, pero ellos van hacia prendas que representan a la persona que están empezando a ser.
A veces no nos cuesta aceptar su ropa, nos cuesta aceptar que están creciendo.
No se trata de que su elección esté mal. Al contrario, muchas veces esa ropa ancha, esos colores nuevos o ese estilo que a nosotros nos sorprende tiene todo el sentido para su etapa; es su forma de decir: “Aquí estoy. Estoy probando quién soy”.
El choque no es por la moda, es por el tiempo. Nosotros vemos una prenda distinta a la que hubiéramos elegido, ellos ven una prenda que los hace sentir seguros y auténticos.
Si en estos días de compras sientes esa punzada de nostalgia, respira. No estás perdiendo a tu hijo, estás conociendo a una persona nueva y maravillosa que está aprendiendo a elegir su propia piel.
Que estas compras navideñas no se conviertan en una batalla, el mejor regalo no es la prenda que a ti te gusta, sino la aceptación de que ellos están creciendo. No estás comprando solo tela, también estás validando su autonomía. Si la prenda se adecúa a tu presupuesto y a su etapa, suelta un poco la nostalgia y acompáñalo a descubrir su propio estilo.
¿En tu casa ya estás viviendo este cambio en la forma de elegir su ropa?