25/11/2025
La violencia no se elimina solo hablando de los síntomas.
Se elimina cuando revisamos las ideas que la sostienen.
Muchos hombres crecieron con carencias afectivas, defensas rígidas y modelos que les enseñaron poder, pero no vínculo. Control, pero no autocuidado. Enojo, pero no emoción.
La verdadera prevención empieza ahí:
en hombres que se atreven a sentir, a nombrar, a pedir ayuda, a revisar lo que aprendieron, y a hacerse responsables de su mundo interno.
Porque lo que no se trabaja, se repite.
Y lo que se comprende, se transforma.