01/07/2015
Les comparto un artículo que se publicó en el periódico El Norte, en el cual participe, trata sobre los pacientes poli traumatizados.
Después de un accidente automovilístico existen lesiones que en primera instancia no son advertidas por los lesionados, ni por los médicos y que son detectadas días o semanas después del impacto.
Existen varias causas de esto: una involucra una descarga neuroendocrina de sustancias, como las endorfinas, que disfrazan el dolor del accidentado con contusiones leves.
"Esta descarga es debido al estrés del accidente y las sustancias actúan como un potente analgésico en el organismo", explica el traumatólogo Jorge Garza.
Su función es similar a la morfina, así que cuando el accidentado se baja del coche es común que reporte ningún dolor y se sienta bien, probablemente sólo un poco rígido y no se somete a una revisión médica.
"Pero cuando estas sustancias se metabolizan luego de unas ocho horas, empieza a dolerle el cuello por ejemplo, no puede dormir y llega a pensar que está luxado", remarca.
En pacientes politruamatizados la causa puede ser el fascículo espinotalámico que juega un papel para que una lesión pase desapercibida, explica el también jefe de Ortopedia y Traumatología de la Secretaría de Salud estatal.
"En la médula espinal el fascículo es el sistema de conducción encargado de llevar la sensación de dolor de la espina al tálamo, una estructura localizada en el cerebro", detalla.
Esta 'carretera' posee prioridades, es decir viajan más rápido los traumatismos con una manifestación mayor de dolor, a una velocidad media si es menor y lentamente los que tienen poca manifestación.
Por ello, menciona Garza, es normal que luego de ser dado de alta por fractura de cráneo, brazo, pierna o vísceras, el paciente regrese al consultorio días o semanas después reportando molestias en otras zonas.
"Le duele la rodilla o la costilla, lo examinamos y tiene un callo óseo de reparación que no vimos inicialmente porque el fascículo condujo primero otras manifestaciones de dolor más importantes".
Por ello el traumatólogo añade que es decisivo examinar el nivel de daño de ese paciente de acuerdo a la clasificación de su contusión, más allá de que no tenga dolor o pueda caminar.
TRAUMA
La atención del paciente recién accidentado debe ser multidisciplinaria porque en esta clase de traumatismo frecuentemente involucran varios sistemas del cuerpo.
Además hacerlo rápidamente y con el personal capacitado en todas las especialidades trabajando en conjunto junto al equipo médico adecuado es clave para sacarlo adelante, expone el traumatólogo Jorge Garza.
"Dependiendo de la gravedad del dolor es la gravedad del traumatismo en estos casos", explica el también jefe de Ortopedia y Traumatología de la Secretaría de Salud estatal.
Los parámetros para definir esta gravedad se divide en tres: el nivel uno se considera una contusión leve, el dos, una policontusión y el tres, un politraumatismo.
"Lo primero es generalmente una lesión simple, un esguince de cuello o torcedura de tobillo, lo segundo puede ser dolor de hombros con fractura de costilla y el tercero son dos órganos lesionados.
"Esto puede ser una fractura de cráneo con un hueso fracturado, una contusión cerebral acompañado de inconsciencia o un trauma abdominal con lesión de una víscera", señala el experto.
Para determinarlo en el hospital o centro médico donde es atendido intervienen médicos de diferentes especialidades, como urgenciología, traumatología y medicina intensiva, entre otros.
"Frecuentemente hay que aumentar la cantidad de sangre para que el paciente no entre en shock y reciba oxígeno, en otras hay que dilatar los pulmones porque aspiró vómito en el pulmón.
"El riñón no debe detenerse y continuar filtrando o***a, si no se intoxica, y por medio de un body scan podemos ver si existe una hemorragia en alguna cavidad del cráneo, tórax o abdomen", detalla.
"También el sistema digestivo del paciente secreta gran cantidad de ácido clorhídrico a consecuencia del estrés lo que produce úlceras y sangrados".
Por medio de estudios es posible determinar el estado de las vértebras de su columna cervical: si la primera o segunda fue desplazada por el impacto esto puede ser fatal, añade.
TRATAMIENTO
El manejo de los traumatismos involucra tratamiento medicamentoso y no medicamentoso. Dentro de este último apartado se incluyen placas, tornillos y clavos, entre otros instrumentos, en caso de ser necesario.
Los medicamentos pueden ser opioides y no opioides: en los primeros se utiliza frecuentemente la morfina debido a su efecto analgésico; entre los segundos destaca el ketorolaco, describe el traumatólogo Jorge Garza.
"Además el collarín, las fajas, las muletas y el bastón poseen el mismo principio: si está lesionada la rodilla o el tobillo, 'caminamos' con los brazos con las muletas.
"En cambio, si se lesionó la articulación del cuello el collar funciona como un 'bastón' de la cabeza hacía el tórax. Otra opción es usar la estimulación eléctrica trascutánea", comparte.
Los instrumentos de apoyo se deben de usar a tolerancia del paciente y dependiendo de la magnitud del impacto, remarca el jefe de Ortopedia y Traumatología de la Secretaría de Salud estatal.
"Se le puede recomendar que lo use durante 8 o 10 horas o hasta al día siguiente, pero si le duele mucho puede usarlo más tiempo y poco a poco se le ira quitando el dolor", expone.
Garza comenta que los minutos que tarden los médicos en llegar al sitio del percance para atender a un herido de gravedad, puede literalmente marcar la diferencia entre la vida y la muerte de esa persona.
"El que llega vivo al hospital sin haber sido resucitado, por más grave que esté, puede salir adelante", destaca el traumatólogo.