03/10/2025
Imagina estar en una montaña rusa emocional constante, sin saber cuándo vendrá el próximo giro brusco. Más o menos es lo que se siente vivir con una neurodivergencia, como lo es vivir con Trastorno Afectivo Bipolar.
Dalilah Polanco, siendo una mujer neurodivergente (TOC y TDAH), entró a la casa de los famosos para demostrarse a sí misma que es capaz, y que la neurodivergencia, bien llevada de la mano de especialistas, no es impedimento para vivir todo el espectro de experiencias que conlleva vivir de manera "normal".
Ella parece que ni siquiera se ha dado cuenta del alcance de sus acciones, pero haciendo uso de su buen humor, educación, siendo impecable con su palabra y haciendo día a día lo mejor que puede con lo que tiene, nos está dando un ejemplo a todos los que nos hemos sentido en más de una ocasión derrotados, incomprendidos, solos y dejados de lado.
Ella en La Casa de los Famosos, nos muestra un ejemplo de cómo las emociones pueden desbordarse y afectar nuestras acciones, y como desde la humildad se pueden arreglar las cosas. Pero, ¿qué pasa cuando no es solo un reality show? ¿Qué pasa cuando es tu vida real?
Las personas con trastornos emocionales como el trastorno afectivo bipolar, enfrentamos desafíos diarios para regular nuestras emociones. No es cuestión de "controlar" nuestros sentimientos, es cuestión de aprender a navegar en un mar de emociones turbulentas.
Es cuestión de entender que muchas veces tenemos que hacer muchísimo más trabajo mental para mantenernos "competentes" de acuerdo a los estándares de los neurotípicos.
En LCDLFM3 se manejó como novedad la "inclusión", aplaudiendo el ingreso de una persona de talla baja, proporcionándole todas las herramientas necesarias para que su desempeño fuera igual que el de los demás, pero para que hubiera una inclusión más completa, las limitaciones emocionales también requierían ser vistas, entendidas y comprendidas con la misma sensibilidad que se tratan las limitaciones fisicas.
La falta de empatía y comprensión de la gente puede ser abrumadora. Se nos exige ser como los demás, sin entender que nuestra neurodiversidad nos hace ver y experimentar el mundo de manera diferente y nos deja en una clara desventaja para todo tipo de operaciones, a veces hasta las más "sencillas".
La desinformación y falta de empatía de un mundo egoísta que juzga severamente lo que no comprende y hace a un lado lo que le "estorba", pueden llevar a actitudes aún más dañinas que nos orillan al suicidio.
Es hora de cambiar la narrativa. Es hora de entender, apoyar y sobretodo generar una verdadera inclusión para quienes vivimos con trastornos emocionales.