29/11/2025
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Uno de los fenómenos más paralizantes de la psique humana es la "Disonancia Cognitiva". Esto ocurre cuando la realidad te presenta evidencia de que tu estrategia de vida, tus creencias o tu identidad actual son erróneas, pero tu mente rechaza esa información para proteger al ego del dolor de admitir el error. Prefieres doblar la apuesta en una decisión fallida antes que enfrentar la humillación interna de aceptar que has estado equivocado durante años.
Este mecanismo explica por qué las personas permanecen en carreras que odian, defienden parejas tóxicas o mantienen hábitos destructivos. Admitir el problema requeriría devaluar todas las inversiones pasadas y reconocer que gran parte del esfuerzo anterior fue un desperdicio. Para evitar ese colapso narrativo, la mente inventa justificaciones complejas ("no es tan malo", "cambiará pronto", "es mi cruz").
La verdad brutal es que tu lealtad a tu "yo" pasado es el enemigo de tu "yo" futuro. No puedes construir una nueva vida sobre los cimientos de una vieja mentira. El crecimiento real exige un sacrificio de identidad. Tienes que estar dispuesto a mirarte al espejo y decir: "La forma en que he estado pensando y actuando no sirve".
Esa confesión es devastadora, pero es la única puerta de salida. La libertad comienza cuando el dolor de permanecer igual supera al dolor de admitir el error. Mientras sigas defendiendo tus limitaciones como si fueran virtudes o circunstancias ineludibles, seguirás siendo su prisionero.
La inteligencia no es solo la capacidad de aprender, sino la capacidad de desaprender rápidamente cuando los datos demuestran que estás en una ruta mu**ta. No protejas tu error; exponlo, acéptalo y corrígelo. La historia no recompensa a quien tuvo razón todo el tiempo, sino a quien supo corregir el rumbo antes del impacto.