25/06/2024
Ciertas conductas relevantes para la salud -comer, ingerir alcohol, fumar o practicar o no ejercicio- suelen ser usadas como estrategias (inconciente) de regulación emocional, ya sea para evitar o aminorar experiencias emocionales negativas, o bien con el fin de inducir sentimientos positivos. Así por ejemplo, las personas pueden ingerir alcohol por la expectativa de que el alcohol tendrá influencia en su estado emocional, ayudándolas a escapar de sentimientos negativos o intensificando sentimientos positivos (Cooper, Frone, Russell & Mudar, 1995). Los estados emocionales negativos y el estrés también se relacionan con la conducta de fumar, como se puede apreciar en la asociación significativa que existe entre el consumo de ci*******os y la depresión, no sólo en los adultos sino que también en adolescentes (Windle & Windle, 2001). Además, el examen de los efectos de una conducta sobre el estado anímico debería considerar un rango amplio de sentimientos, ya que es probable que una conducta (ej. comer en exceso o ingerir alcohol) motivada por el deseo de mejorar el estado emocional produzca más sentimientos negativos (vergüenza, culpa) que positivos. Psicólogos de la salud ayudan a regular las emociones para lograr cambios de conducta que impacten en la salud.