01/04/2023
Recordar, repetir, reelaborar.
Fragmento del texto de Saul Paciuk.
El recuerdo da cuerpo a lo pasado y se confiesa como tal. Entre tanto, la repetición (hablamos aquí sobre todo de la transferencia, de actos que reiteran pasados y los despliegan) trata de lo presente, de lo que transcurre. Mientras que lo pasado se coloca como recuerdo (narración o huella de lo acontecido allá y entonces), la repetición se coloca como presente (aquí, ahora, conmigo), pero un presente que es la máscara de un pasado que esconde las evidencias de sus raíces en lo que, de hecho, él hoy reitera.
Por su lado, la elaboración ocurre en presente, pero habla de otra dimensión: trabaja lo pasado apuntando a lo futuro: menta aquello que está en proceso, y ese proceso es un trabajo (núcleo que está marcado en la palabra arbeit, acento cuyo valor se destiñe en la traducción). Es un trabajo sobre lo pasado. Por ser trabajo, escapa a lo impuesto o a un automatismo psíquico, y escapa también al campo de lo concluido: la elaboración habla de lo que está en curso y que por ello está abierto, algo cuyo desenlace es incierto.
Para decirlo de otro modo: en los tres casos se trata de la memoria e incluso la elaboración trabaja con lo pasado; sin embargo, cabe hacer distingos. Por un lado se trata de la memoria de lo ya hecho, como en el recordar, o como acto y actualidad en la repetición; recuerdo y repetición apuntan a lo pasado y se trata de la fidelidad a eso pasado (e interesan la distorsión y el encubrimiento) que tuvo su lugar en algún punto de un curso vital. Por otro, en la elaboración, en el trabajo, la memoria es memoria abierta y en construcción, es experiencia que incluye pasado (qué la motiva, qué viene a cambiar) en tren de revisión, y también la posibilidad de modificación, de un futuro (a qué apunta).