22/10/2025
Construir un cuerpo fitness no siempre significa construir amor propio.
El gimnasio puede enseñarte disciplina, constancia, esfuerzo. Pero no necesariamente te enseña a mirarte con compasión.
Muchos creen que porque alguien tiene un físico trabajado, también tiene amor propio. Pero la verdad es que el cuerpo puede crecer a la par de la inseguridad. Los músculos pueden aumentar mientras la insatisfacción interna se multiplica. La fuerza puede avanzar mientras la mente sigue en guerra.
El amor propio no se mide en el espejo.
Se mide en cómo te hablas cuando fallas, en cómo te sostienes en tus caídas, en cómo te tratas en los días en que no hay motivación ni resultados visibles.
Porque puedes levantar mucho hierro y seguir cargando culpas.
Puedes tallar tu físico y seguir sintiéndote vacío.
Puedes tener el cuerpo que siempre soñaste y, aun así, no saber quién eres cuando se apagan las luces del gimnasio.
El cuerpo habla, sí. Pero no siempre dice la verdad completa.
Por eso, más allá de construir un físico fitness, asegúrate de construir una relación sana contigo mismo. Porque la estética cambia. Pero lo que sostendrá tu vida no son tus músculos, sino el amor con el que aprendas a habitar tu propio cuerpo.