03/08/2025
**Solo por si acaso… 🥺**
✨Sí, dile a tu médico que te duele el pecho... pero también dile que ese dolor viene del alma, que es tristeza acumulada, angustia silenciada.
✨Coméntale que tienes acidez, pero sé honesto: muchas veces es tu enojo, tu impaciencia, tu genio contenido, lo que enciende el fuego en tu estómago.
✨Dile que tienes diabetes, pero no olvides mencionar que hace tiempo la dulzura se fue de tu vida, que las frustraciones pesan más que el azúcar en tu sangre.
✨Habla de tus migrañas, pero también de tu perfeccionismo que no te deja descansar, de esa autoexigencia que nunca se detiene, de lo mucho que te duele lo que dicen… y lo que no dicen.
✨Muchos buscan sanar el cuerpo, pero pocos están dispuestos a sanar el alma. No quieren soltar la calumnia, la envidia, el pesimismo ni el egoísmo. No quieren cambiar de vida.
✨Piden curarse de un cáncer, pero no sueltan la pena. Buscan desobstruir sus arterias, pero viven con el corazón cerrado por el rencor y la rabia.
✨Desean ver con claridad, pero se niegan a quitarse la venda de la crítica, del juicio y de la maledicencia. Ruegan salir de la depresión, pero no están listos para dejar atrás el orgullo herido ni las decepciones profundas.
✨Suplican alivio para la tiroides, pero siguen callando lo que necesitan decir. Piden sanar un nódulo en el pecho, pero siguen reprimiendo el amor, la ternura, la afectividad.
✨Piden ayuda divina, pero no escuchan los gritos de auxilio de quienes tienen cerca.
✨Dios —o el universo, o la vida— nos habla de mil maneras… y la enfermedad, a veces, es la voz más clara de todas.
Porque cuando el cuerpo grita, es porque el alma ya no pudo más.
**Tal vez... lo que nos hace falta no es medicina, sino más amor, más armonía, más verdad.** 🌿