29/04/2020
Gritar a un niño no es sinónimo de autoridad, por el contrario, gritar a un niño nos pone en condición de maltrato emocional hacia un menor. Es muy común que cuando un niño hace berrinche recurramos al grito, al regaño e incluso a la amenaza sin detenernos a reflexionar que un niño jamás va a comprender de la misma forma en que lo hace un adulto.
Cuando gritamos a un niño se producen afectaciones emocionales como:
* El proceso de aprendizaje se bloquea
* Se activa el miedo; huye o se paraliza
* Libera dopamina y adrenalina, preparándose para huir
* Registra recuerdos negativos que generan angustia, estrés y ansiedad
* Envía señales de peligro, inseguridad y amenaza
A un niño no debemos gritarle, debemos hablarle. A un niño no debemos preguntarle que si no entiende cuando le hablamos, debemos preguntarnos si nos estaremos explicando correctamente para que el niño comprenda. A un niño no se le amenaza, se le explican las consecuencias de lo que puede suceder.
Un niño jamás podrá ponerse al nivel de un adulto en ninguna forma, pero un adulto siempre podrá ponerse al nivel de un niño.
Psicólogo Erick Alcántara
Si deseas agendar una cita conmigo envíame un mensaje de texto o llámame al tel (664) 8635017
Facebook: Centro Psicológico EJAR
Instagram: