16/10/2025
“Este dolor no es mío.”
Lo repito en silencio, como un mantra, cada vez que el alma me pesa sin entender por qué. Porque hay dolores que no nacieron en ti, pero viven en ti. Heridas heredadas, emociones que absorbiste sin querer, patrones que aprendiste mirando a los que amabas sufrir. Y creces creyendo que ese vacío te pertenece, cuando en realidad es un eco, una historia que empezó antes de ti.
Este dolor no es mío… es de mi madre, que se guardó lágrimas para no preocupar a nadie. Es de mi padre, que nunca supo cómo mostrar amor sin dureza. Es del niño que fui, que aprendió a callar para que no lo abandonaran, que confundió ser fuerte con no sentir. Es de todos los silencios que me tragaron cuando solo quería que alguien me entendiera.
A veces cargas con dolores que no te corresponden, solo porque aprendiste que amar era cargar, que cuidar era salvar, que ser bueno era aguantar. Pero eso no es amor, es lealtad a lo que te dañó. Y mientras no lo reconozcas, seguirás repitiendo la historia una y otra vez, buscando sanar heridas que ni siquiera son tuyas.
Decir “este dolor no es mío” no es negarlo. Es ponerlo en su lugar. Es mirar atrás y decir: esto no empezó conmigo, pero sí puede terminar conmigo. Es reconocer que muchas veces lo que sientes viene de un pasado que no elegiste, pero que tienes el poder de transformar.
Y en ese acto de conciencia, algo se libera. El pecho se siente menos apretado, el llanto tiene sentido, el alma deja de luchar contra fantasmas que no le pertenecen. Porque entiendes que sanar no siempre es olvidar; a veces sanar es soltar lo que no era tuyo, y devolverlo con amor.
Este dolor no es mío, pero sí es mi responsabilidad dejar que termine conmigo. Que no pase a los que vienen después. Que no siga escondido detrás de sonrisas, de relaciones rotas, de miedos heredados.
Porque al final, sanar no es solo curarte a ti: es romper una cadena.
Y cuando lo logras, el alma respira distinto. Ya no desde la herida, sino desde la libertad. 🖤
--- by JonnyRasSaint 🖤