29/11/2025
En medicina, a veces no es la falta de ciencia lo que nos confunde, sino la interpretación incompleta o equivocada de esa ciencia. Un ejemplo reciente —explicado magistralmente en un reportaje de WIRED — revela cómo un error introducido hace más de 60 años sobre el tamaño de las partículas que flotan en el aire llevó a subestimar la transmisión aérea de enfermedades, incluido el COVID-19.
☝Durante décadas, se repitió sin cuestionar que “solo las partículas menores de 5 micrones flotan en el aire”. Esa cifra arbitraria se convirtió en dogma y orientó protocolos de salud pública, diseño de hospitales, medidas preventivas y estrategias clínicas. La realidad física es muy distinta: partículas mucho más grandes pueden permanecer suspendidas y transportar virus. Pero la corrección llegó tarde.
Este caso es un ejemplo para entender algo que vemos cada día en medicina:
Una idea equivocada, cuando se instala, puede dirigir decisiones, retrasar avances y perjudicar pacientes por generaciones 🚫
¿𝐏𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞́ 𝐞𝐬 𝐭𝐚𝐧 𝐟𝐚́𝐜𝐢𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐧 𝐜𝐨𝐧𝐜𝐞𝐩𝐭𝐨 𝐞𝐫𝐫𝐨́𝐧𝐞𝐨 𝐬𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐢𝐞𝐫𝐭𝐚 𝐞𝐧 “𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝” 𝐦𝐞́𝐝𝐢𝐜𝐚?
𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐩𝐞𝐭𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐜𝐫𝐞𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝. 𝐋𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐜𝐫𝐞𝐚 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝. 𝐘 𝐥𝐚 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝, 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐜𝐮𝐞𝐬𝐭𝐢𝐨𝐧𝐚, 𝐬𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐢𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐩𝐚𝐫𝐚𝐝𝐢𝐠𝐦𝐚.
Lo que ocurrió con las gotas y aerosoles no es una excepción. Pasa en muchos otros temas:
𝐋𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐨𝐬𝐚 “𝐟𝐚𝐭𝐢𝐠𝐚 𝐚𝐝𝐫𝐞𝐧𝐚𝐥”
Un concepto atractivo, simple, intuitivo… y científicamente incorrecto. Las glándulas suprarrenales no se “cansan”, no se desgastan por estrés. Lo que sí ocurre es una disregulación de un eje neurohormonal, alteraciones del cortisol y cambios neuroendocrinos más complejos que requieren análisis fino, no etiquetas simplistas. Y, sin embargo, por repetir el término, se sigue difundiendo como si fuera un diagnóstico real.
“𝐋𝐚𝐬 𝐯𝐚𝐜𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐜𝐚𝐮𝐬𝐚𝐧 𝐚𝐮𝐭𝐢𝐬𝐦𝐨”
Una narrativa basada en un estudio fraudulento, retractado y refutado innumerables veces. Aun así, la frase se repite, se comparte, se recicla.
La evidencia científica es sólida y consistente: las vacunas NO causan autismo.
Pero aquí vemos, de nuevo, el poder de un concepto erróneo que se instala en la cultura y resiste la corrección.
“𝐋𝐚𝐬 𝐡𝐨𝐫𝐦𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐞𝐧𝐠𝐨𝐫𝐝𝐚𝐧” 𝐨 “𝐥𝐚 𝐭𝐞𝐫𝐚𝐩𝐢𝐚 𝐡𝐨𝐫𝐦𝐨𝐧𝐚𝐥 𝐞𝐬 𝐩𝐞𝐥𝐢𝐠𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐝𝐞𝐟𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧”
Creencias que nacieron de estudios mal interpretados hace más de 20 años.
Hoy sabemos que la terapia hormonal, bien indicada, personalizada y monitorizada, no solo es segura, sino que puede ser cardioprotectora, neuroprotectora y mejorar la composición corporal. Pero el miedo persiste… porque el concepto obsoleto sigue circulando más rápido que la ciencia actualizada.
La ciencia no avanza solo con nuevas evidencias: avanza cuando nos atrevemos a revisar las creencias heredadas. Muchos conceptos médicos no sobreviven la luz de la fisiología moderna, de la epigenética, de la biología molecular, de la inmunología o de la medicina de precisión. Pero solo descubrimos esos errores cuando nos permitimos cuestionar, leer, actualizar y dialogar.
Por eso investigo, enseño y escribo, porque cada vez que un concepto mal interpretado se corrige, ganamos claridad, ganamos precisión.
𝐄𝐬𝐭𝐞 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐦𝐞́𝐝𝐢𝐜𝐚 𝐲 𝐝𝐨𝐜𝐞𝐧𝐭𝐞:
Ayudar a construir una medicina basada en evidencia real, no en mitos reciclados.
✅ Una medicina que explique, no que confunda.
✅ Una medicina que empodere, no que asuste.
✅ Una medicina que cambia cuando la ciencia cambia.