11/10/2025
Cada 11 de octubre, el mundo conmemora el Día Internacional de la Niña, una fecha que no solo celebra su fuerza, creatividad y potencial, sino que también nos invita a mirar con seriedad las condiciones en las que muchas de ellas viven.
A nivel mundial, millones de niñas siguen enfrentando barreras que limitan su desarrollo. Más de 120 millones están fuera de la escuela; una de cada cinco se casa antes de los 18 años; y miles viven situaciones de violencia o explotación que roban su infancia y su voz. Estos datos no son simples cifras: son vidas interrumpidas, sueños detenidos y futuros que podrían ser diferentes si como sociedad actuáramos con empatía y compromiso.
En México, las niñas representan una parte vital de nuestra población, pero también una de las más vulnerables. A pesar de los avances, todavía hay niñas que dejan la escuela por falta de recursos, por embarazo adolescente o por tener que trabajar. Las cifras sobre violencia sexual infantil son alarmantes, y cada caso representa una fractura profunda en nuestro tejido social.
Reflexionar sobre este día es reconocer que la igualdad no se alcanza con discursos, sino con acciones cotidianas: garantizando su acceso a la educación, protegiendo su integridad, escuchando su voz y creyendo en su capacidad para transformar su entorno.
El futuro de las niñas no debería depender del lugar donde nacen ni de las condiciones en las que crecen. Debe ser un futuro de oportunidades, respeto y libertad. Porque cuando una niña aprende, decide y crece en un ambiente seguro, toda la sociedad avanza.
Invertir en las niñas no es un gesto de caridad, es un acto de justicia y de esperanza.