23/02/2023
Noté que tengo una bonita sonrisa, tú no te percataste de eso o al menos no me lo hiciste saber. Tengo una lista interminable de virtudes que se hicieron invisibles en el tiempo en que estuvimos juntos.
Lo que al principio parecía color de rosa, poco a poco fue oscureciendo. Y me tenías ahí, atrapada, con el amor propio por los suelos. Pero hoy ya sé que mi luz no dependía de ti ni de tus palabras, sé que me veo bonita con la ropa que yo me quiera poner.
No fue fácil, hubo noches en las que te recordaba y de mi mente no te querías ir.
Mientras tú seguías con tu vida, yo reparaba la mía.
Tuve personas que nunca me dejaron en soledad, que al verme llorar me abrazaron fuerte, personas que fueron salvavidas cuando todo a mi alrededor se hundió.
Poco a poco descubrí que no eras el centro de mi universo, que afuera hay millones de sonrisas esperando chocar conmigo.
Entendí que soy una persona valiosa que no merece sentirse pequeña. Pude romper esas cadenas que me hacían volver contigo y mis ganas de reír fueron más fuertes que ese miedo que tenía a comenzar de nuevo.
Debo reconocer que tu presencia en mi camino no fue del todo mala, sin ti no habría aprendido a valorarme, a saber, qué es lo que no merezco.
Sin ti no hubiera entendido qué es aquello que no necesito en mi vida.
Hoy me siento bien conmigo, con lo que veo frente al espejo, con lo que soy.
Después de todo ya sé a dónde no quiero regresar.
- Víctor Hernández Escritor
Libro: Manual Para Soportar Tornados
Disponible en Amazon y vía inbox.