05/08/2025
La táctica más vieja del manual del manipulador es simple: provocarte en privado y luego actuar como la víctima de tu reacción en público.
Te empujan hasta tu límite, cruzan tus fronteras una y otra vez en silencio, y cuando finalmente sacas las espinas para proteger tu espacio, gritan al mundo que han sido atacados.
Esto no es un simple malentendido.
Es una estrategia de poder llamada la "Inversión de la Agresión".
Su objetivo es robarte la narrativa, hacerte dudar de tu propio derecho a establecer un límite y obligarte a volver a tu rol pasivo.
El antídoto no es discutir para "aclarar las cosas".
Discutir es caer en su trampa, es darle energía a su teatro.
El poder real reside en un acto de soberanía interna: ser el dueño absoluto de tu propia narrativa.
Significa mirarte al espejo y decirte:
"Yo conozco la verdad de lo que pasó. Mi defensa fue necesaria y justa. No necesito un jurado para validar mi derecho a proteger mi paz".
Deja que cuenten su historia.
Tú, mientras tanto, usa esa energía para construir tu reino.
— Vía: El librero de Gutemberg