01/12/2025
😶🌫️ 𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐜𝐡𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐚́𝐬𝐜𝐚𝐫𝐚… 𝐲 𝐫𝐞𝐟𝐮𝐠𝐢𝐨
Muchos hombres pasan horas en páginas feministas descalificando, burlándose o “corrigiendo” todo lo que ahí se dice. No llegan a aportar, llegan a descargar.
Y no porque les importe el debate, sino porque es más fácil pelear con una mujer desconocida que enfrentar lo que realmente les duele.
La caricatura lo explica perfecto:
Debajo del “argumento”, del insulto o del “yo solo digo la verdad”…
hay inseguridad, temor a perder privilegios y una profunda resistencia a mirarse por dentro.
Porque es más cómodo decir:
🗣️ “El feminismo exagera”,
🗣️ “todo es culpa de las mujeres”,
🗣️ “ustedes también hacen”,
que preguntarse:
💥 ¿por qué me molesta tanto que una mujer tenga autonomía?,
💥 ¿por qué siento que la igualdad me quita algo?,
💥 ¿por qué reacciono con enojo cuando señalan conductas que yo normalicé?
Muchos hombres evitan hablar de sus emociones, de su salud mental, de su soledad o de sus miedos…
pero sí tienen tiempo para perseguir páginas feministas y repetir los mismos ataques de siempre.
¿Por qué?
Porque confrontar a las mujeres es más fácil que confrontarse a sí mismos.
El problema no es que entren a leer, sino que nunca leen para entender —solo para defender una identidad frágil que sienten amenazada.
Y eso también es machismo:
no aceptar que el mundo cambia,
no aceptar que las mujeres ya no son controlables,
no aceptar que la masculinidad violenta ya no es sinónimo de poder.
Si de verdad quieren “hablar de los problemas de los hombres”, ahí están:
🟣 salud mental
🟣 suicidio masculino
🟣 violencia entre hombres
🟣 paternidades ausentes
🟣 adicciones
🟣 presión social para ser “fuertes” todo el tiempo
Pero esos temas no se resuelven atacando a mujeres.
Se resuelven hablando entre hombres.
Y hablando con verdad.