14/06/2019
CÓLICO INTESTINAL EN LOS NIÑOS
El dolor del cólico intestinal es por lo general atenazante, desgarrante o con contractura, hace que el niño se estire o endurezca sus piernas y llore con un llanto penetrante. La causa puede deberse a la distensión de la parte baja del abdomen debido a gases resultantes del aire tragado, fermentación intestinal debida al exceso de residuos de carbohidratos y/o al estreñimiento. Cuando el bebé arroja los gases el dolor es parcialmente aliviado. Por lo general no hay aumento del pulso o de temperatura, pero si puede haber vómitos.
Los bebes alrededor de las dos o cuatro semanas de vida suelen sufrir agudos dolores intestinales.
El cólico intestinal debido a la ingestión de aire ocurre con más frecuencia en los niños alimentados con biberón en los cuales hay cierta negligencia al alimentarlos con un biberón no llenó de leche.
Cuando los carbohidratos no son digeridos en el intestino delgado, producen gas que se almacena en el colon.
La experiencia ha demostrado que el cólico en los niños se ve con mayor frecuencia de 6 a 10 de la noche. Esta situación es muy común en los bebés y no parece causarles un daño permanente.
Cuando el bebé llora, se debe diferenciar entre el cólico y otro dolor que pudiera causarle el llanto. Un dolor de oído puede hacer que el niño grite terriblemente y confundirlo con el llanto por cólico. Uno de los medios para saber si el bebé padece cólico es, tomarlo de sus brazos y levantarlo, si el bebé flexiona los muslos sobre su abdomen espasmódicamente, no hay duda, es un dolor por cólico.
Además, la madre puede distinguir entre el grito por hambre y el llanto perturbador del cólico.
Manejo preventivo:
Hay que evitar la ingestión de aire al alimentar el bebé con biberón. El biberón deberá mantenerse inclinado de tal forma que no se forme un espacio entre el chupón y el fondo del biberón, hay que mantenerlo siempre lleno todo el tiempo que dure la alimentación. La fermentación en el abdomen se podrá prevenir modificando la comida en calidad y cantidad. Los chupones que son constantemente usados deben estar siempre limpios y esterilizados.
Otra medida preventiva consiste en sacar el aire ingerido al bebé. Se carga hasta que el pecho del bebé recargue sobre el hombro de la mamá o papá y suavemente se le dan palmadas en su espalda hasta que el bebé eructe. Esto se hace después de ser alimentado.