31/10/2025
A veces nos vestimos de personajes sin darnos cuenta.
Nos ponemos el traje de “todo está bien” cuando algo duele, el de “seguridad” cuando temblamos por dentro, o el de “fuerza” cuando en realidad solo queremos descansar un momento.
No siempre está mal. Las máscaras nos ayudan a funcionar, a movernos en el mundo, a proteger lo más sensible de nosotros.
Pero… ¿qué pasa cuando te olvidas que son solo disfraces?Cuando se vuelven tan parte de ti que ya no sabes cómo se siente estar sin ellos.
El objetivo no es vivir sin disfraces, sino reconocerlos. Usarlos con conciencia.
Y, sobre todo, permitirte quitártelos cuando estás con personas o en lugares donde puedes ser tú.
¿Con qué máscara te identificas últimamente?
Si sientes que ya no logras distinguir entre tu “yo real” y tu “yo de afuera”, puedes agendar una cita para comenzar a reconectar.