30/11/2025
Una pataleta no es un enemigo a vencer… es una emoción que pide ayuda.” 💛
Cuando entiendes esto, tu manera de acompañar cambia por completo.
La clave no es apagar el llanto, sino regular el momento.
Comienza por bajar tu propio ritmo: respira, observa, no entres en la misma intensidad que tu hijo.
Luego, acércate a su nivel, valida lo que siente y pon palabras que él aún no tiene:
“Sé que estás enojado… estoy aquí contigo.”
No cedas por desesperación, pero tampoco lo ignores.
Sé firme con el límite y suave con el corazón.
Cuando se calme, entonces sí: explícale lo que pasó, muéstrale otra forma de actuar y reconecta con él.
Las pataletas no son fallas de crianza, son oportunidades de enseñanza. ✨
Y un niño acompañado aprende mucho más rápido a acompañarse a sí mismo.
Si quieres más estrategias según la edad y el temperamento de tu hijo, escríbenos y te guiamos paso a paso.