18/02/2025
Dolor psicológico 🧠
El dolor psicológico es un concepto que a veces es utilizado para referirse a personas que están pasando malos momentos y que requieren ayuda profesional en terapia.
¿Qué es el dolor psicológico?
Tal y como su nombre indica, el dolor psicológico es un tipo de malestar, incomodidad o sufrimiento en general que no tiene una causa física, es decir, que no nace en los estímulos captados por los nervios que mandan señales de nuestro organismo hacia nuestro encéfalo.
Así pues, se trata de una experiencia desagradable de naturaleza difusa, que no podemos atribuir a partes del cuerpo concretas, y que solemos atribuir a lo que ocurre no en las células nerviosas que captan fallos orgánicos en nuestros tejidos u órganos, sino a lo que tiene lugar en nuestra mente.
Esto significa, entre otras cosas, que resulta muy complicado saber cuál es el origen del dolor psicológico, porque no somos capaces de conocer ni aunque sea por aproximación la zona en la que está aquello en lo que debemos actuar para “sanar”.
De hecho, incluso la idea de necesitar una curación ante ese tipo de malestar parece cuestionable: ¿realmente lo que solucionaría el problema es una intervención médica? En realidad, no hay motivos para dar por cierta esa idea: incluso los recursos terapéuticos aportados por la psiquiatría en estos casos suelen ser, con suerte, una ayuda para sobrellevar la experiencia durante un tiempo, aunque exponiéndonos a efectos secundarios y sin terminar de poner fin definitivamente a ese malestar.
Así pues, si bien el dolor psicológico suele tener implicaciones objetivas que van más allá de lo que ocurre en nuestra consciencia y en nuestra subjetividad (por ejemplo, si es muy intenso se asocia a un mayor riesgo de caer en intentos de suicidio o al desarrollo de adicciones para “aliviarse” generando un problema adicional), quien lo sufre en las propias carnes no tiene más remedio que admitir que no comprende del todo lo que le ocurre, y que tan solo puede ubicar el origen del malestar no en algo físico, sino en su consciencia.
A pesar de ello, existen aspectos en los que el dolor psicológico y el dolor físico se solapan en una misma experiencia. Por ejemplo, la ansiedad, cuando se presenta en niveles muy intensos, suele venir de la mano de los problemas de digestión, el malestar general en los músculos y las articulaciones a causa de la tensión de los músculos, la mayor propensión a sufrir dolores de cabeza o incluso migrañas (en el caso de quien las suela sufrir).
Esto no es en sí extraño y tampoco constituye un misterio científico; se trata de un recordatorio de que la división entre mente y cuerpo es básicamente un constructo social que utilizamos para ser capaces de comprender mejor la complejidad de la experiencia humana; en realidad, ambos elementos forman parte de una misma realidad, y tan solo se encuentran claramente diferenciados en un sentido superficial, en el mundo del lenguaje y las metáforas usadas para describir la mente.
Diferencia con el dolor crónico
El dolor crónico tiene en común con el dolor psicológico que en este caso su presencia tampoco indica que exista un problema orgánico en un lugar en el que existan nociceptores (células que desencadenan la sensación de dolor al detectar lesiones en ciertos tejidos del cuerpo).
Sin embargo, en el caso del dolor psicológico no hay duda de que el problema no tiene que ver con lesiones, inflamaciones ni quemaduras, sino con procesos psicológicos abstractos que tienen que ver con el modo en el que interpretamos lo que nos ocurre y lo que podemos hacer.
Terapia & psicoanálisis