Mecánicos: las fuerzas mecánicas relacionadas con cada maniobra de masaje afectan a los tejidos. Fisiológicos: alivia el cansancio, se asocia a la práctica del ejercicio suave y la gimnasia, y los baños termales. Preventivos: estos se cumplen cuando se localiza por palpación una zona tensa o con posible lesión, cuando se delimita, y al comunicárselo al sujeto que recibe el masaje y al tratar. Así se cumplen dos de las funciones del terapeuta: educar, y promover la salud aconsejando que el masaje este unido a la práctica de ejercicio moderado, para mejorar el bienestar general, y conseguir además que el tratamiento perdure. Terapéuticos: cuando se utiliza el masaje para mejorar la función circulatoria, recuperar la movilidad restringida entre los tejidos dañados, aliviar o reducir el dolor, o para optimizar la conciencia sensorial. El masaje terapéutico debe ser realizado solamente por fisioterapeutas. Estéticos-higiénicos: cuando tiene por finalidad mejorar el aspecto externo de la persona, eliminando los depósitos de grasa, devolviendo al músculo su tono y relajando el cansancio. Igualmente tiene resultados higiénicos puesto que eliminar el cansancio en una persona sana produce un resultado estético. Deportivos: cuando se efectúa para preparar a un deportista con finalidad competitiva antes, durante y después de la práctica del mismo. Psicológicos-anímicos, o para la relajación: el contacto de la mano experimentada proporciona seguridad y confort, a la vez que regula y alivia la tensión psicofísica.