23/10/2025
Tus triglicéridos hablan más de tu salud de lo que imaginas.
Cuando los niveles de triglicéridos se elevan, el cuerpo está enviando una advertencia silenciosa. Esta grasa, que circula junto al líquido preciado hemático, es esencial en pequeñas cantidades: sirve como fuente de energía y reserva calórica. Pero cuando su concentración supera los valores normales, se convierte en un riesgo que no debe ignorarse.
Los niveles óptimos se encuentran por debajo de 150 mg/dL.
Entre 150 y 199 mg/dL, ya estás en una zona “al límite”, una señal de que algo en tu alimentación, metabolismo o estilo de vida necesita revisión.
Cuando superan los 200 mg/dL, el riesgo se vuelve real: tu cuerpo comienza a acumular grasa en exceso, afectando las arterias, el hígado y el páncreas, aumentando las probabilidades de desarrollar síndrome metabólico, pancreatitis o enfermedad cardiovascular.
Factores como una dieta rica en azúcares y grasas saturadas, el sedentarismo, el consumo de alcohol o la resistencia a la insulina pueden elevarlos con facilidad. Pero también puede influir la genética o ciertas enfermedades endocrinas.
Controlar los triglicéridos no es solo una cuestión estética, sino una decisión de salud profunda. Un simple examen del líquido preciado hemático puede revelar mucho más de lo que imaginas sobre tu metabolismo y tu futuro cardiovascular.
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Aviso importante: La información compartida tiene únicamente fines educativos y de divulgación médica. No sustituye la consulta presencial ni debe usarse como diagnóstico. Si presentas síntomas o dudas sobre tu salud, acude siempre a un profesional médico.