31/10/2025
Gracias, de corazón, por cada mensaje, cada palabra, cada detalle y cada pensamiento bonito que hoy me han dedicado. 💛
Hoy no solo cumplo años; hoy celebro el privilegio de seguir caminando, aprendiendo, cayendo y levantándome una y otra vez.
Siempre he pensado que no deseo una “buena vida”. Suena bonito, sí, pero es demasiado vago, demasiado superficial.
Lo que realmente deseo —para mí y para quienes amo— es una muerte digna.
Pero no hablo de la muerte como un final oscuro o triste, sino como el cierre pleno de una historia bien vivida.
Una muerte digna solo se alcanza cuando hemos vivido con intensidad, cuando nos hemos permitido ser verdaderamente nosotros, sin máscaras, sin miedos, sin la necesidad de encajar.
Vivir en plenitud no significa que todo sea perfecto. Significa atrevernos a sentirlo todo: lo hermoso y lo doloroso, lo fácil y lo difícil. Significa agradecer las heridas porque también ellas nos enseñan a mirar la vida con más profundidad.
Cada año que pasa me enseña algo nuevo sobre lo que realmente importa: la honestidad, la coherencia, el amor propio, la calma, el silencio, el valor de las pequeñas cosas y la belleza de lo simple.
Este cumpleaños no quiero solo celebrar mi vida, quiero celebrarme a mí: mis decisiones, mis errores, mis duelos, mis victorias, mis procesos y mi evolución.
Si el destino me regala muchos años más, que sean años llenos de verdad.
Y si el tiempo decide que no serán tantos, que al menos pueda mirar atrás y decir: viví como quise, amé sin miedo y fui yo hasta el final.
Gracias a todos los que forman parte de este camino, a quienes han estado, a quienes se han ido y a quienes recién llegan. Todos, de alguna manera, han contribuido a lo que soy hoy.
Brindo por la vida, por la autenticidad y por esa muerte digna que solo se gana cuando uno ha vivido con el alma despierta.