28/10/2025
🍃Cuando rumias, tu mente se queda atrapada en los mismos pensamientos una y otra vez, tratando de entender lo que pasó o lo que hiciste mal. No lo haces por gusto, sino porque tu cerebro busca sentido y alivio.
🍃A nivel neurológico, este proceso activa zonas del córtex prefrontal medial y del hipocampo, relacionadas con la memoria autobiográfica y la autorreflexión. Es como si tu mente tratara de cerrar un ciclo que quedó abierto, pero al no encontrar respuestas, lo repite sin descanso. Podríamos decir que la rumia es un intento de resolver el pasado desde la lógica, aunque el problema sea emocional.
🍃Por eso, cuanto más analizas, más te hundes en la culpa o la tristeza. En cambio, cuando vives una obsesión, no buscas comprender, sino liberarte de un pensamiento que te invade sin permiso.
🍃Aquí el cerebro activa los circuitos del miedo y del control, especialmente la amígdala y el córtex orbitofrontal, que reaccionan como si hubiera una amenaza real. Esa falsa alarma te impulsa a intentar neutralizar la idea, pero cada intento de control fortalece el circuito obsesivo.
🍃En este caso, el trabajo terapéutico consiste en tolerar la presencia del pensamiento sin responder con rituales ni evasiones, permitiendo que tu sistema nervioso aprenda que no todo lo que aparece en la mente requiere acción.
🍃Con el tiempo, tanto la rumia como la obsesión pueden calmarse si entrenas a tu cerebro para soltar la necesidad de control y confiar en que el silencio mental llega cuando dejas de luchar contra él.
📚Clark, D. A. (2020). Manual para dominar los pensamientos ansiosos: Habilidades para superar los pensamientos intrusivos no deseados que nos llevan a la ansiedad, las obsesiones y la depresión. Barcelona: Desclée De Brouwer.
📚Ausilio, R. (2023). Rumiación mental: 10 estrategias para dejar de pensar demasiado y superar la ansiedad y el pensamiento obsesivo. Madrid: Psylife Academy