Resiliente ante la Tanatología

Resiliente ante la Tanatología Aqui encontraras una Visión optimista y positiva de la vida. Tener los pies sobre la tierra. No importa la situación por la que estés atravesando

Cuando su cónyuge o pareja muere, su mundo cambia. Usted está de luto y siente dolor y pena por la pérdida. Puede sentir...
18/02/2021

Cuando su cónyuge o pareja muere, su mundo cambia. Usted está de luto y siente dolor y pena por la pérdida. Puede sentirse aturdido, agobiado y atemorizado.

Puede sentirse culpable por ser el que todavía está vivo. En algún momento, es posible que hasta se sienta enojado con su cónyuge por haberlo dejado. Todos estos sentimientos son normales. No hay reglas sobre cómo debe sentirse. No hay una forma correcta o incorrecta de estar de duelo.

Cuando está sufriendo por una pérdida así, puede sentir dolor físico y emocional. Las personas que están de duelo a menudo lloran fácilmente y pueden tener:
dificultad para dormir,
poco interés en la comida,
problemas de concentración,
dificultad para tomar decisiones.
Además de lidiar con los sentimientos de pérdida, quizás también tenga que poner en orden su propia vida. Esto puede ser una tarea dura. Algunas personas pueden sentirse mejor antes de lo que esperaban, mientras que otras pueden tomar más tiempo.
A pesar de que pase el tiempo, es posible que aún extrañe a su cónyuge. Pero para la mayoría de las personas, el dolor intenso disminuirá. Habrá días buenos y malos. Sabrá que se siente mejor cuando tenga más días buenos que malos. Es posible que se sienta culpable por reírse de una broma o disfrutar de la visita de un amigo. Es importante que comprenda que esto puede ser un sentimiento frecuente.
Hay muchas formas de sentir tristeza y aprender a aceptar la pérdida de un ser querido. Trate de no ignorar su dolor. Es posible que pueda obtener apoyo hasta que logre manejar su dolor por su cuenta. Es muy importante obtener ayuda para su duelo si se siente abrumado o muy deprimido por esta pérdida.
La familia y los amigos compasivos pueden ser un gran apoyo. Ellos también están tristes y pueden descubrir que compartir recuerdos es una forma de ayudarse mutuamente. Siéntase con confianza de compartir historias sobre la persona que murió. Quizás algunas personas no quieran mencionar la pérdida o el nombre de la persona fallecida porque les preocupa que esto pueda ser doloroso. Pero hablar sobre su pérdida le puede ayudar. Todos están lidiando con la muerte de alguien a quien amaban.
Para algunas personas, el duelo puede durar tanto que se vuelve malsano. Esto puede ser un indicio de depresión y ansiedad graves. Hable con su médico si la tristeza le impide continuar con su vida diaria. Es posible que pueda encontrar apoyo hasta que pueda manejar el dolor por su cuenta.
¿Cómo puede ayudar la consejería para sobrellevar el duelo?
A veces, las personas encuentran que la consejería para el duelo hace que sea más fácil superar su dolor. La psicoterapia regular con un consejero o terapeuta de duelo puede ayudar a las personas a aprender a aceptar una muerte y, con el tiempo, comenzar una nueva vida.

También hay grupos de apoyo donde las personas que están de luto se ayudan entre sí. Estos grupos pueden ser especializados –por ejemplo, padres que han perdido a sus hijos o personas que han perdido a su cónyuge– o pueden ser para cualquiera que esté aprendiendo a manejar el duelo. Consulte con grupos religiosos, hospitales locales, hogares de ancianos, funerarias o su médico para encontrar grupos de apoyo en su área.
Una parte esencial del centro de cuidados paliativos u hospicio (en inglés) es brindar asesoramiento a la familia de cualquier persona que estuvo bajo su cuidado. También puede pedir a los trabajadores de un hospicio que le den apoyo para el duelo, incluso si no se utilizó ese centro de cuidados paliativos antes de la muerte.
Recuerde que debe cuidarse bien. Tal vez sepa que el dolor afecta cómo se siente emocionalmente, pero es posible que no se dé cuenta de que también puede tener efectos físicos. El estrés y el dolor de la muerte de un ser querido incluso podrían causar enfermedades. Aliméntese bien, haga ejercicio, duerma lo suficiente y participe en las cosas que solía disfrutar (en inglés), como ir al cine, caminar o leer. Acepte la ayuda o compañía de sus amigos y familiares. Es bueno para usted y para ellos.
Si tiene hijos, recuerde que ellos también están sufriendo la pérdida. Tomará tiempo para que toda la familia se adapte a la vida sin su cónyuge. Es posible que descubra que la relación con sus hijos y las relaciones entre ellos han cambiado. Es importante mantener una comunicación abierta y honesta.
El dolor de la muerte de un ser querido no se supera enseguida. Es común tener altibajos durante algún tiempo.
No olvide de cuidarse en estos momentos de dolor
Al principio, quizás le ayude cuidar de los detalles y mantenerse ocupado. Durante un tiempo, la familia y los amigos pueden estar cerca para ayudarlo. Pero llega un momento en el que tendrá que afrontar el cambio en su vida.
-Aquí hay algunas ideas para tener en cuenta:
Cuídese. El dolor puede afectar su salud. Haga ejercicio con regularidad, coma alimentos saludables y duerma lo suficiente. Los malos hábitos, como beber demasiado alcohol o fumar, pueden poner en riesgo su salud.
Trate de comer bien. Algunas personas que enviudan pierden interés en cocinar y comer. Puede ayudarle si almuerza con amigos. A veces, comer solo en casa se siente demasiado silencioso. Encender la radio o la televisión durante las comidas puede ayudar. Para obtener información sobre la nutrición (en inglés) y sobre cómo cocinar para una sola persona, busque libros sobre estos temas en la biblioteca o librería de su área.
Hable con los amigos que se preocupan por usted. Hágales saber a sus familiares y amigos cuándo quiere hablar sobre su cónyuge. Ellos también podrían estar tristes y agradezcan la oportunidad de compartir recuerdos. Cuando sea posible, acepte su ayuda y compañía.
Visite a miembros de su comunidad religiosa. Muchas personas que están sufriendo por una pérdida encuentran consuelo en su fe. Orar, hablar con otras personas de su fe, leer textos religiosos o espirituales o escuchar música inspiradora también puede brindarle consuelo.
Consulte con su médico. Manténgase al día con las visitas a su médico u otro proveedor de atención médica. Si ya ha pasado algún tiempo, programe un examen físico y actualice a su médico sobre cualquier problema médico preexistente o nuevo que pueda ser motivo de preocupación. Infórmele si tiene problemas para realizar sus actividades diarias, como vestirse o preparar las comidas.
¿Cuándo retomar su vida social después de la muerte de un cónyuge?
Puede ser difícil volver a tener una vida social. Quizás le sea duro pensar en ir solo a fiestas u otros eventos sociales. Tal vez sea doloroso imaginarse regresando a casa solo. Tal vez se sienta ansioso de comenzar a tener citas con otra pareja. Muchas personas echan de menos la sensación de intimidad que el matrimonio brinda. Pero con el tiempo, algunas personas se sienten listas para volver a tener una vida social.
-Estas son algunas cosas para recordar:
-Vaya despacio. No hay prisa.
-Está bien ser quien toma el primer paso cuando se trata de planear actividades.
-Intente hacer actividades en grupo.
- Invite a amigos a cenar y que cada uno traiga un plato o vaya a un centro de personas mayores.
-Con amigos casados, piense en salidas informales como caminatas, picnics o el cine en lugar de eventos para parejas que le recuerdan el pasado.
-Encuentre una actividad que a usted le gusta.
- Quizás así se podría divertir y conocer a personas que les gusta hacer lo mismo.
-Puede tener relaciones significativas con amigos y familiares de todas las edades.
Para muchas personas, las mascotas les ayudan a sentirse acompañadas.

Hablar de la muerte es complicado, y más cuando hablamos de la pérdida de uno de nuestros padres. Tratar con la muerte d...
04/10/2019

Hablar de la muerte es complicado, y más cuando hablamos de la pérdida de uno de nuestros padres. Tratar con la muerte de uno de nuestros padres es una de las situaciones más difíciles de soportar, aún en los casos en que la relación con nuestros progenitores haya sido menos intensa.

¿Como vivir el proceso de duelo?
Duelo significa “dolor” y, por lo general, no estamos preparados para el dolor causado por la pérdida de uno de nuestros padres y poder enfrentarnos a su ausencia.

Experimentar y expresar estos sentimientos de dolor nos ayuda a superar la pérdida de esta persona y nos ayudará a poder procesar el duelo. Debemos evitar el caer en erróneos sentimientos de culpa. Aparte de este dolor emocional, podemos experimentar problemas físicos como fatiga, náuseas, insomnio, subida o bajada de peso, etc.

Se necesita tiempo para asumir la pérdida y nuestra forma de llevar este duelo debe ser respetada, el respeto es una palabra clave y la mejor opción para las personas que nos rodean.

¿Como superar la pérdida de un padre o una madre?
Como comentamos anteriormente, es una de las situaciones más difíciles de soportar, aunque hay factores que influyen en la vivencia del duelo y nos ayudan a aguantar este dolor. Algunos factores que ayudan a superar el duelo son:

nuestro carácter
nuestra relación con el fallecido
nuestra edad
las circunstancias en las cuales ha fallecido nuestro padre o madre
nuestra situación familiar, si tenemos hermanos o no, … son factores que nos pueden ayudar a sobrellevar el sufrimiento.
Lo más importante es que nos demos un tiempo para procesar la pérdida, pudiendo ser flexibles en el tiempo que necesitamos cada individuo para lidiar con la pérdida de nuestro padre o madre.

Sin duda, lo más difícil de la nueva situación es establecer una relación diferente con la persona fallecida, es decir, despedir a la persona física y aceptar que esta persona sigue con nosotros de manera simbólica y en nuestra memoria. También nos puede ayudar el buscar alguna manera de honrar la memoria de nuestro padre o madre.

A partir del momento del fallecimiento nuestra realidad cambia instantáneamente, se han roto los lazos que mantuvimos desde la infancia y es posible que falte una reconstrucción de nuestra propia identidad, porque de repente, es posible, que ocupemos otro rol dentro de la familia. (un ejemplo seria aquel que tras el fallecimiento del progenitor que traía el sueldo a casa, pasemos a ser el cabeza de familia ,al menos en lo relativo a la economía).

Algunos consejos para superar la pérdida de una madre o padre
No existe una fórmula para superar una pérdida de un ser querido, cada uno lo hace de la manera y al ritmo que puede. Pero podemos darte algunos consejos que pueden ser de gran ayuda en el proceso del duelo.

Recomendaciones para tener en cuenta al lidiar con el duelo:
El duelo, después de la muerte de un padre o una madre, es todo un proceso y para cada persona es diferente. Tómate el tiempo que necesites y sé paciente contigo mismo.
Se consciente que existen cinco etapas durante el duelo que son: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Expresa tus sentimientos. No huyas de los recuerdos, siempre el fallecido será una parte de tu vida. Sigue amándolo. Durante el duelo ayuda el contar anécdotas y revivir esos recuerdos (en especial los entrañables y positivos), con otras personas que han conocido a tu padre o madre. Igual deseas estar solo durante un tiempo, intenta que no se prolongue en exceso y que no sea hermético, porque hablar sobre tu padre o madre te ayudará a aliviar el dolor.
Es conveniente tener datos de cómo ha ocurrido para integrar el hecho en tu vivencia personal.
Acudir a las celebraciones y manifestaciones relacionadas con la muerte del ser querido, nos ayudará a asimilar lo sucedido.
Llora si lo necesitas, ayuda a liberar tus emociones.
Mantén alguna de sus cosas contigo para mantener su memoria viva.
Cuida de ti mismo. (quizás te falta apetito, no duermes bien, eres más irritable, mejor evitar el alcohol…)
Puedes pedir ayuda a un terapeuta en caso de que sea necesario, si sientes que el dolor te está atrapando.
Cuidado con la rutina, igual realizabas una llamada o visita a tu padre o madre en algún momento fijo de la semana. Debes encontrar una forma de cambiar este hábito rutinario. Haz cosas que te gusten hacer y tomate tiempo para relajarte.
Hay que asumir que se debe seguir viviendo. Naturalmente tienes sentimientos de tristeza, pero hay que recordarse que tu padre o madre hubiese querido que tu vida no se paralice y que no te sientes deprimido.
Piensa que es muy probable que familiares y amigos te necesiten, y necesiten que estés bien, con especial relevancia en el caso de los niños.
También puedes leer algún libro sobre la forma en que otras personas han lidiado con el dolor, te puede ayudar a encontrar tu propio camino.

Ten pensamientos positivos
04/10/2019

Ten pensamientos positivos

“Duelo no vivido, duelo acumulado"El duelo mudo. El duelo por un hijo no nacido.Perder a un hijo es la experiencia más t...
08/07/2019

“Duelo no vivido, duelo acumulado"

El duelo mudo. El duelo por un hijo no nacido.

Perder a un hijo es la experiencia más temida. La enorme mayoría de las culturas ni siquiera tiene un vocablo para quienes han perdido un hijo. Pero existe una negación aún mayor: La del derecho al duelo mudo que tienen los padres de un hijo no nacido.
Para quienes no sepan qué es un duelo perinatal, es aquella pérdida que se tiene cuando el fallecimiento se produce durante un período que comprende la concepción, el parto e incluso llega hasta al primera semana de vida del bebé.
Regularmente, las personas no saben cómo reaccionar ante este tipo de pérdida de este tipo y con frecuencia decimos frases que pretenden animar a la mujer o pareja que ha tenido la pérdida pero, en realidad, aumentan el dolor. La muerte perinatal es una de las pérdidas más devastadoras que cualquier papi/mami pueden vivir.
Y además la sociedad no le reconoce casi nunca, o en el mejor de los casos, suele ser un duelo minimizado. Es importante dar voz a las personas que han vivido estas situaciones y no hacer como que no ha pasado nada.
Si tú has vivido esto, te recomiendo ser paciente y tolerante con quienes te aman porque quizá ellos desean que de un día para el otro estés como si nada hubiera sucedido… sé que es difícil pero por favor no te enfades con ellos. Es absolutamente normal que no deseen verte angustiada a ti o a tu pareja... Sin embargo, esto no implica que debas hacer caso a lo que ellos te dicen y saltarte el duelo.
Esta actitud de los que rodean a la mujer o a la pareja que vive o ha vivido esta pérdida pareciera menospreciar el dolor y hacen que aún duela mucho más porque no se da reconocimiento al embarazo ni al bebé o bebita que estaba en camino.
En estas situaciones se recomienda decir “lo siento”, abrazar (si la persona lo desea), mostrar comprensión, amabilidad, reconocer al bebé que ya no está, preguntar por el nombre del bebé y llamarlo siempre por su nombre, preguntar, no evitar el tema…
Hay quien no pregunta para evitar que los padres piensen en lo que ha sucedido, pero hacer como si no hubiera sucedido nada solamente ayuda a acrecentar el dolor. Los duelos no podemos taparlos, debemos transitarlos y darles reconocimientos para que no se enquisten. Recuerda la máxima terapéutica: “Duelo no vivido, duelo acumulado”.
Cada persona en duelo tendrá derecho a tomar las decisiones más adecuadas para él o ella durante este proceso de elaboración y adaptación. De dolorosa aceptación. Si tú has vivido esto, quiero hacer de tu conocimiento que hacer duelo por tu bebé/bebita no es tu privilegio, Es tu derecho.
Tu bebé, aunque nadie lo haya conocido, y pareciera invisible para los demás, siempre vivirá en tu corazón y el de tu pareja, por lo que tienen derecho a vivir su duelo y darse permiso a sentir su dolor plenamente, a conocer los alcances médicos de esto ante la decisión de un futuro embarazo y a tomar las decisiones más adecuadas para ustedes en la elaboración de este duelo…. Un duelo mudo al que tienes el derecho de dar voz.
No importa si el embarazo ha sido de semanas, ustedes tienen derecho a su duelo. Se trata de una pérdida que no sólo implica el doloroso fallecimiento de nuestro bebé sino que también compromete nuestra maternidad, nuestras esperanzas y nuestro proyecto de vida.
Por lo tanto, en tu duelo perinatal tú y tu pareja tienen derecho a…
*A conocer las causas médicas de esta pérdida, cuáles son sus consecuencias en el futuro ante posibles nuevos embarazos y obtener respuesta a todas sus inquietudes.
*A dar un nombre a su bebé o bebita y llamarle así frente a otros amigos, familiares, compañeros de trabajo y/o pareja. Elaborar el duelo no significa olvidar a quien ha fallecido.
*A llorar y expresar plenamente esta pérdida sin apresurarse ni establecer plazos aunque procuren hacer todo lo necesario para cada día sentirse un poco mejor.
Quien camina este camino son ustedes y por tanto ustedes son los únicos que deberán definir la velocidad de sus pasos al caminarlo.
*A cuidar su salud física y emocional buscando ayuda profesional cuando sientan que no pueden afrontar esto sola o solos.
*A decidir cuándo y qué hacer con la ropa de su bebé o bebita, que les hayan regalado y/o comprado. La familia y amigos no tienen derecho a que cuando lleguen del hospital parezca que su bebé nunca existió porque no haya nada de él o ella en casa.
*A sonreír y regresar a la vida y con los vivos sin que esto se interprete como que están deshonrando la memoria de su bebé o bebita… o que por eso signifique que lo amaron menos.
*A no sentir culpa al planear ser papás de nuevo. ¡Es su derecho!
*A recordar a su bebé en aniversarios especiales haciendo ceremonias significativas si lo desean, y todo aquello que les permita honrar su memoria como, por ejemplo, plantar un árbol en su nombre.
¿Conoces a alguien que ha pasado por algo similar?
¿Qué te parece si le recuerdas sus derechos?

Síntomas físicos en los últimos dos a tres meses de vidaEsta información ha sido redactada para la persona con cáncer, p...
28/03/2019

Síntomas físicos en los últimos dos a tres meses de vida
Esta información ha sido redactada para la persona con cáncer, pero puede también ser útil para las personas que cuidan, quieren y apoyan a un ser querido durante su estado avanzado con la enfermedad. Esta información puede ayudarle a encontrar respuestas a sus preguntas e inquietudes durante estos tiempos tan delicados y difíciles.

A continuación se listan algunas de las cosas por las que una persona suele pasar cuando se aproxima el momento de su muerte. También procuramos ofrecer algunos consejos prácticos sobre qué puede hacerse para ayudar a mantener estos síntomas bajo control. Asegúrese de informar a su equipo de atención médica sobre cómo sigue su estado de salud. No asuma que es normal sentirse mal o vivir con malestar. A menudo hay formas de poder ayudarle a sentirse mejor.

Cansancio

El cansancio es una sensación de debilidad física, mental y emocional. El cansancio relacionado con el cáncer a menudo se define como una sensación extrema de cansancio que no se alivia con el descanso. Casi todas las personas con cáncer avanzado presentan este síntoma.

¿Qué puede hacer para sobrellevar el cansancio?
Para atender el cansancio, primero, hay que controlar los síntomas que lo empeoran, como el dolor o el estreñimiento. Luego, usted puede incluso prevenirlo más al cuidadosamente equilibrar el descanso con la actividad. Su equipo de atención médica y cuidadores de su salud pueden ayudarle a encontrar las maneras de controlar estos problemas que pueden hacer que el cansancio empeore. Dígales cómo se siente y pruebe diferentes alternativas para ver si son útiles en aliviar su cansancio.

Algunos medicamentos pueden también hacer que sienta cansancio. Puede que requiera hablar con su equipo de atención médica sobre cambiar de medicamentos o tomarlos a distintas horas. Incluso podría dejar de tomar los medicamentos que no están siendo útiles o que ya no son necesarios.

Cuide de su seguridad durante la actividad física. Si siente que no tiene equilibrio al estar de pie, asegúrese de tener ayuda mientras camina. Puede que sienta mayor seguridad si dispone de un andador o silla de ruedas. Su médico o equipo de atención de hospicio pueden ayudarle a conseguir el equipo que requiera para que tenga más comodidad y seguridad.

Planifique las actividades alrededor de los momentos en los que mejor se sienta y que tenga la mayor energía. Siéntese al aire libre, escuche música, dé un paseo en automóvil, pase el tiempo viendo cómo se prepara la comida; la distracción y la estimulación de sus sentidos puede que ayuden a aliviar el cansancio.

Algunas personas encuentran útil el uso de un retrete (inodoro) portátil al lado de la cama, ya que de esta manera se ahorra el esfuerzo de desplazarse hacia o desde el cuarto de baño. Programe una pausa de descanso al levantarse de la cama de tal forma que pueda recuperar energías mientras permanece sentando(a) en ella. Tome cortos periodos de descanso durante las actividades, y tenga sillas alrededor.

Puede que algunas personas descubran un temor al dormir por miedo a que ya no vayan a despertar. Esto es un temor natural y muy real. El necesitar más tiempo para dormir es normal durante los últimos meses de vida. El distanciamiento de las personas, el retraerse y concentrarse en sí mismo(a) y hablar menos también es común en estos momentos. Aunque algunas personas desean rodearse de familiares y amigos, otras eligen tener un entorno tranquilo, pacífico y sin ruido. Esté atento(a) a lo que su cuerpo desea. Dígale a los demás lo que quiere y ahorre su energía para las cosas o las personas que sean más importantes para usted. Concentrarse en aprovechar al máximo cada momento es una forma adecuada de canalizar sus preocupaciones y miedos.

Dolor
La gente con cáncer a menudo teme al dolor más que a cualquier otra cosa. El tener dolor puede hacerle sentir irritable, dormir mal, reducir su apetito y perder su concentración, entre otros. Pero el dolor puede controlarse con ayuda de profesionales que se especializan en ello. Es importante saber que el dolor no tiene por qué formar parte de la muerte. Si siente dolor, es muy importante hablar con su equipo de atención médica. Ellos deberán comprender que su dolor es lo que sea que usted les está diciendo, y usted deberá esperar que su dolor pueda ser controlado. Usted y su equipo deben trabajar en conjunto para reducir el sufrimiento, aliviar el dolor y mejorar su calidad de vida.

Su equipo de atención médica deberá consultar con usted con frecuencia para determinar cuánto dolor está teniendo. Es importante mantenerles al tanto sobre todos los cambios en su dolor y otros síntomas. Necesitarán que usted les diga qué tan bien cada plan para el control del dolor está funcionando. No se desanime si sus medicamentos deben modificarse algunas cuantas veces para conseguir el mejor control del dolor con el menor número de efectos secundarios. Puede que quiera pedir al equipo de atención médica que le recomiende a un especialista contra el dolor si no ha sido posible controlar el dolor.

Describa su dolor tan detalladamente como le sea posible, incluyendo:

En dónde lo siente
Cómo siente el dolor
Cuánto tiempo dura
Cuándo comenzó el dolor
Qué lo alivia
Qué lo empeora
El llevar un registro del dolor y de toda esta información puede ser de utilidad. A menudo su equipo de atención médica le pedirá que describa su dolor usando una escala de 0 a 10, siendo 10 el nivel máximo de dolor que pueda uno imaginar y 0 sin dolor en lo absoluto. El usar esta escala de dolor es también útil para poder describir el efecto que tienen las medidas que se toman para combatirlo. Usted puede encontrar un diario sobre el control del dolor y mucha más información sobre el manejo del dolor en línea o nos puede llamar para solicitar copias gratis.

Tipos de medicamentos contra el dolor
La enfermera o el médico evaluará su dolor y determinará el nivel o grado promedio de dolor que usted experimenta. Hoy en día se dispone de muchos analgésicos diferentes que van desde el acetaminofeno (Tylenol®) hasta los opiáceos (medicamentos similares a la morfina).

También hay muchas formas de medicina contra el dolor, tales como opioides de acción y liberación prolongada que se usan las veinticuatro horas del día. Estos medicamentos de acción prolongada funcionan al mantenerse constantemente en los niveles sanguíneos, lo cual ayuda a mantener el dolor bajo control de forma nivelada por periodos prolongados de tiempo. Los medicamentos de rescate de acción inmediata pueden usarse para controlar rápidamente el dolor.

Los analgésicos opioides existen en muchas formas y pueden ser administrados de muchas maneras. Los parches que se pegan sobre la piel, las grageas o pastillas para ch**ar (en lugar de tragarse de inmediato), las píldoras que se colocan debajo de la lengua e incluso los supositorios pueden utilizarse cuando sea necesario.

A veces, el dolor demasiado intenso puede controlarse más efectivamente con una bomba que suministra el medicamento ya sea bajo la piel (subcutáneamente) o a través de una vena (intravenosamente). Si usted necesita este tipo de control del dolor, aún puede recibirlo en casa.

Es muy común que una persona con cáncer tome más de un medicamento para controlar el dolor crónico y el dolor emergente. Además, algunas personas necesitan dosis más altas de opioides que otras. No se inquiete si encuentra que está tomando una gran cantidad de medicamentos. Esto no tiene nada que ver con que no pueda tolerar el dolor, ni significa que usted sea una persona quejumbrosa. Los cuerpos de algunas personas requieren menos medicamentos, mientras que los de otras requieren más, para que el dolor permanezca bajo control.

Con el transcurso del tiempo, puede que también vea que requiere de mayores dosis de analgésicos debido a que ya no están funcionando como antes lo hacían. Esto se debe a que el cuerpo se ha hecho resistente al medicamento que ahora surte un menor efecto. El necesitar incrementar su dosis medicinal no significa que ya pronto vaya a morir. De hecho, hay evidencia que demuestra que un alivio insuficiente del dolor puede acelerar la muerte.

En ocasiones, puede que se usen otros medicamentos. Por ejemplo, ciertos antidepresivos o anticonvulsivantes (medicamentos para el control de convulsiones) a menudo funcionan bien contra el dolor en las terminales nerviosas. Puede que se use esteroides para ayudar con ciertos tipos de dolor, como aquel causado por la hinchazón o inflamación. Estas medicinas a menudo se dan junto con los opioides.

Señales de que una persona siente dolor
Si el paciente no puede comunicar el dolor que puede estar teniendo a los cuidadores de su salud, existen señales que ellos pueden observar que les indiquen la presencia de dolor o malestar. Entre algunas de estas señales de dolor que puede que observen se incluye:

Respiración sonora: respiros agitados, bruscos o rápidos
Expresiones auditivas de dolor: gemidos, quejidos o lamentaciones
Expresiones faciales: expresión de tristeza, tensión, temor, enojo o llanto
Lenguaje corporal: tensión, puños apretados, rodillas tiesas, rigidez, agitación o acciones que aparentan que desea escapar de la zona donde está el dolor
Movimiento corporal: cambiar de posición buscando comodidad sin lograrlo
El poder identificar esto y recibir el medicamento correspondiente contra el dolor es útil para que el cuidador pueda ofrecer una atención adecuada que le brinde al paciente la comodidad posible.

Otras maneras de ayudar a aliviar el dolor causado por cáncer
Con ciertos tipos de dolor, los médicos pueden realizar procedimientos especiales como obstrucciones de las terminales nerviosas, tratamientos con radiación dirigida e incluso operaciones quirúrgicas para controlar el dolor. Si su dolor no se encuentra bien controlado, podría ser que su médico le refiera con un especialista en el control del dolor. Este especialista podría contar con distintas opciones para ayudarle.

Las medicinas y procedimientos médicos no son las únicas formas de aliviar su dolor. Existen otras cosas que puede hacer. Algunas personas encuentran útiles las distracciones como la música, las películas, una conversación o juegos. El uso de calor, frío, o masaje en el área que causa dolor puede ser útil. Los ejercicios de relajación y la meditación pueden ayudar a aliviar el dolor y a reducir la ansiedad en algunas personas. Tenga en cuenta que para la mayoría de las personas con dolor asociado con el cáncer, estas medidas solas no son suficientes para manejar el dolor, pero puede que ayuden a mejorar su comodidad cuando se emplean con medicamentos contra el dolor.

Cambios en el apetito
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CategoríaTratamiento y apoyo
Síntomas físicos en los últimos dos a tres meses de vida
Esta información ha sido redactada para la persona con cáncer, pero puede también ser útil para las personas que cuidan, quieren y apoyan a un ser querido durante su estado avanzado con la enfermedad. Esta información puede ayudarle a encontrar respuestas a sus preguntas e inquietudes durante estos tiempos tan delicados y difíciles.

A continuación se listan algunas de las cosas por las que una persona suele pasar cuando se aproxima el momento de su muerte. También procuramos ofrecer algunos consejos prácticos sobre qué puede hacerse para ayudar a mantener estos síntomas bajo control. Asegúrese de informar a su equipo de atención médica sobre cómo sigue su estado de salud. No asuma que es normal sentirse mal o vivir con malestar. A menudo hay formas de poder ayudarle a sentirse mejor.

Cansancio
Saúl, de 60 años, con cáncer en etapa avanzada: “Me siento como un motor que ha perdido su potencia. Parece como si tuviera la energía para apenas hacer solo una o dos cosas pequeñas y más nada, habiendo gastado mi suministro de energía para ese día. Estoy cansado de estar cansado, lo cual es muy frustrante”.

El cansancio es una sensación de debilidad física, mental y emocional. El cansancio relacionado con el cáncer a menudo se define como una sensación extrema de cansancio que no se alivia con el descanso. Casi todas las personas con cáncer avanzado presentan este síntoma.

¿Qué puede hacer para sobrellevar el cansancio?
Para atender el cansancio, primero, hay que controlar los síntomas que lo empeoran, como el dolor o el estreñimiento. Luego, usted puede incluso prevenirlo más al cuidadosamente equilibrar el descanso con la actividad. Su equipo de atención médica y cuidadores de su salud pueden ayudarle a encontrar las maneras de controlar estos problemas que pueden hacer que el cansancio empeore. Dígales cómo se siente y pruebe diferentes alternativas para ver si son útiles en aliviar su cansancio.

Algunos medicamentos pueden también hacer que sienta cansancio. Puede que requiera hablar con su equipo de atención médica sobre cambiar de medicamentos o tomarlos a distintas horas. Incluso podría dejar de tomar los medicamentos que no están siendo útiles o que ya no son necesarios.

Cuide de su seguridad durante la actividad física. Si siente que no tiene equilibrio al estar de pie, asegúrese de tener ayuda mientras camina. Puede que sienta mayor seguridad si dispone de un andador o silla de ruedas. Su médico o equipo de atención de hospicio pueden ayudarle a conseguir el equipo que requiera para que tenga más comodidad y seguridad.

Planifique las actividades alrededor de los momentos en los que mejor se sienta y que tenga la mayor energía. Siéntese al aire libre, escuche música, dé un paseo en automóvil, pase el tiempo viendo cómo se prepara la comida; la distracción y la estimulación de sus sentidos puede que ayuden a aliviar el cansancio.

Algunas personas encuentran útil el uso de un retrete (inodoro) portátil al lado de la cama, ya que de esta manera se ahorra el esfuerzo de desplazarse hacia o desde el cuarto de baño. Programe una pausa de descanso al levantarse de la cama de tal forma que pueda recuperar energías mientras permanece sentando(a) en ella. Tome cortos periodos de descanso durante las actividades, y tenga sillas alrededor.

Puede que algunas personas descubran un temor al dormir por miedo a que ya no vayan a despertar. Esto es un temor natural y muy real. El necesitar más tiempo para dormir es normal durante los últimos meses de vida. El distanciamiento de las personas, el retraerse y concentrarse en sí mismo(a) y hablar menos también es común en estos momentos. Aunque algunas personas desean rodearse de familiares y amigos, otras eligen tener un entorno tranquilo, pacífico y sin ruido. Esté atento(a) a lo que su cuerpo desea. Dígale a los demás lo que quiere y ahorre su energía para las cosas o las personas que sean más importantes para usted. Concentrarse en aprovechar al máximo cada momento es una forma adecuada de canalizar sus preocupaciones y miedos.

Dolor
Juan, de 47 años: “Necesito la morfina para poder hacer las cosas que deseo hacer. Siempre y cuando permanezca en cama me siento bien y sin dolor, ¡pero no quiero pasar el resto del tiempo acostado!”.

La gente con cáncer a menudo teme al dolor más que a cualquier otra cosa. El tener dolor puede hacerle sentir irritable, dormir mal, reducir su apetito y perder su concentración, entre otros. Pero el dolor puede controlarse con ayuda de profesionales que se especializan en ello. Es importante saber que el dolor no tiene por qué formar parte de la muerte. Si siente dolor, es muy importante hablar con su equipo de atención médica. Ellos deberán comprender que su dolor es lo que sea que usted les está diciendo, y usted deberá esperar que su dolor pueda ser controlado. Usted y su equipo deben trabajar en conjunto para reducir el sufrimiento, aliviar el dolor y mejorar su calidad de vida.

Su equipo de atención médica deberá consultar con usted con frecuencia para determinar cuánto dolor está teniendo. Es importante mantenerles al tanto sobre todos los cambios en su dolor y otros síntomas. Necesitarán que usted les diga qué tan bien cada plan para el control del dolor está funcionando. No se desanime si sus medicamentos deben modificarse algunas cuantas veces para conseguir el mejor control del dolor con el menor número de efectos secundarios. Puede que quiera pedir al equipo de atención médica que le recomiende a un especialista contra el dolor si no ha sido posible controlar el dolor.

Describa su dolor tan detalladamente como le sea posible, incluyendo:

En dónde lo siente
Cómo siente el dolor
Cuánto tiempo dura
Cuándo comenzó el dolor
Qué lo alivia
Qué lo empeora
El llevar un registro del dolor y de toda esta información puede ser de utilidad. A menudo su equipo de atención médica le pedirá que describa su dolor usando una escala de 0 a 10, siendo 10 el nivel máximo de dolor que pueda uno imaginar y 0 sin dolor en lo absoluto. El usar esta escala de dolor es también útil para poder describir el efecto que tienen las medidas que se toman para combatirlo. Usted puede encontrar un diario sobre el control del dolor y mucha más información sobre el manejo del dolor en línea o nos puede llamar para solicitar copias gratis.

Tipos de medicamentos contra el dolor
La enfermera o el médico evaluará su dolor y determinará el nivel o grado promedio de dolor que usted experimenta. Hoy en día se dispone de muchos analgésicos diferentes que van desde el acetaminofeno (Tylenol®) hasta los opiáceos (medicamentos similares a la morfina).

También hay muchas formas de medicina contra el dolor, tales como opioides de acción y liberación prolongada que se usan las veinticuatro horas del día. Estos medicamentos de acción prolongada funcionan al mantenerse constantemente en los niveles sanguíneos, lo cual ayuda a mantener el dolor bajo control de forma nivelada por periodos prolongados de tiempo. Los medicamentos de rescate de acción inmediata pueden usarse para controlar rápidamente el dolor.

Los analgésicos opioides existen en muchas formas y pueden ser administrados de muchas maneras. Los parches que se pegan sobre la piel, las grageas o pastillas para ch**ar (en lugar de tragarse de inmediato), las píldoras que se colocan debajo de la lengua e incluso los supositorios pueden utilizarse cuando sea necesario.

A veces, el dolor demasiado intenso puede controlarse más efectivamente con una bomba que suministra el medicamento ya sea bajo la piel (subcutáneamente) o a través de una vena (intravenosamente). Si usted necesita este tipo de control del dolor, aún puede recibirlo en casa.

Es muy común que una persona con cáncer tome más de un medicamento para controlar el dolor crónico y el dolor emergente. Además, algunas personas necesitan dosis más altas de opioides que otras. No se inquiete si encuentra que está tomando una gran cantidad de medicamentos. Esto no tiene nada que ver con que no pueda tolerar el dolor, ni significa que usted sea una persona quejumbrosa. Los cuerpos de algunas personas requieren menos medicamentos, mientras que los de otras requieren más, para que el dolor permanezca bajo control.

Con el transcurso del tiempo, puede que también vea que requiere de mayores dosis de analgésicos debido a que ya no están funcionando como antes lo hacían. Esto se debe a que el cuerpo se ha hecho resistente al medicamento que ahora surte un menor efecto. El necesitar incrementar su dosis medicinal no significa que ya pronto vaya a morir. De hecho, hay evidencia que demuestra que un alivio insuficiente del dolor puede acelerar la muerte.

En ocasiones, puede que se usen otros medicamentos. Por ejemplo, ciertos antidepresivos o anticonvulsivantes (medicamentos para el control de convulsiones) a menudo funcionan bien contra el dolor en las terminales nerviosas. Puede que se use esteroides para ayudar con ciertos tipos de dolor, como aquel causado por la hinchazón o inflamación. Estas medicinas a menudo se dan junto con los opioides.

Señales de que una persona siente dolor
Si el paciente no puede comunicar el dolor que puede estar teniendo a los cuidadores de su salud, existen señales que ellos pueden observar que les indiquen la presencia de dolor o malestar. Entre algunas de estas señales de dolor que puede que observen se incluye:

Respiración sonora: respiros agitados, bruscos o rápidos
Expresiones auditivas de dolor: gemidos, quejidos o lamentaciones
Expresiones faciales: expresión de tristeza, tensión, temor, enojo o llanto
Lenguaje corporal: tensión, puños apretados, rodillas tiesas, rigidez, agitación o acciones que aparentan que desea escapar de la zona donde está el dolor
Movimiento corporal: cambiar de posición buscando comodidad sin lograrlo
El poder identificar esto y recibir el medicamento correspondiente contra el dolor es útil para que el cuidador pueda ofrecer una atención adecuada que le brinde al paciente la comodidad posible.

Otras maneras de ayudar a aliviar el dolor causado por cáncer
Con ciertos tipos de dolor, los médicos pueden realizar procedimientos especiales como obstrucciones de las terminales nerviosas, tratamientos con radiación dirigida e incluso operaciones quirúrgicas para controlar el dolor. Si su dolor no se encuentra bien controlado, podría ser que su médico le refiera con un especialista en el control del dolor. Este especialista podría contar con distintas opciones para ayudarle.

Las medicinas y procedimientos médicos no son las únicas formas de aliviar su dolor. Existen otras cosas que puede hacer. Algunas personas encuentran útiles las distracciones como la música, las películas, una conversación o juegos. El uso de calor, frío, o masaje en el área que causa dolor puede ser útil. Los ejercicios de relajación y la meditación pueden ayudar a aliviar el dolor y a reducir la ansiedad en algunas personas. Tenga en cuenta que para la mayoría de las personas con dolor asociado con el cáncer, estas medidas solas no son suficientes para manejar el dolor, pero puede que ayuden a mejorar su comodidad cuando se emplean con medicamentos contra el dolor.

Cambios en el apetito
Margarita, de 34 años: “Simplemente no puedo comer, pero sé que debo hacerlo para seguir viva. Mi esposo e hijos se desesperan cuando no como... a veces yo misma me asusto al no sentir ganas de comer. Quiero hacerlo, pero no puedo”.

A medida que transcurre el tiempo, su cuerpo pareciera que se desacelera. Tal vez sienta que el cansancio es mayor, o quizás sienta que el dolor está empeorando. Puede que se sienta más retraído(a) y que esto ocasione que coma menos y pierda peso. Esto es una parte normal en los últimos meses de vida, pero puede que sea el comienzo de una batalla entre usted y sus seres queridos.

Al estar teniendo menos movilidad, tiene menos energía, menos hambre y por lo tanto menos deseos de comer. La comida deja de resultarle grata a su sentido del olfato y del gusto. Parece que está sintiendo saciedad más rápido y disminuyen los alimentos que le apetece consumir. Mientras esto sucede, las células cancerosas pueden competir con las células normales de su cuerpo por los nutrientes que sí logra ingerir.

Evite las peleas con familiares por la comida
Puede resultar muy molesto para su familia ver que está comiendo menos. Para ellos, su interés por la comida puede que represente su interés por la vida. Al rechazar la comida, puede que para su familia parezca que está escogiendo reducir su tiempo de vida. Puede que la familia se lo tome personal y piense que quiere dejarlos ya, o que busca acelerar su muerte (incluso de forma inconsciente).

Es importante que usted y sus seres queridos hablen de estos asuntos. Los últimos meses de su vida no deben ocuparse con peleas por la comida. La pérdida del apetito y el no poder comer sucede a la mayoría de los pacientes de cáncer antes de morir. Es normal en los últimos meses de vida que algunas partes de su cuerpo comiencen a desacelerarse y que eventualmente se inhabiliten. El no tener ganas de comer no debe verse como una señal de que quiere dejar de vivir, ni que quiera abandonar a su familia. Esto es normal en el proceso de la muerte. Explique a sus seres queridos que aprecia profundamente sus esfuerzos por alimentarle y que entiende que conforman muestras de amor. Dígales que no está rechazando su amor, pero que su cuerpo está limitando los nutrientes que necesita.

Su cuerpo está experimentando cambios que tienen un efecto directo en su apetito. Los cambios en el gusto y el olfato, sequedad de la boca, cambios en el estómago y los intestinos, falta de aliento, náuseas, vómitos, diarrea y estreñimiento son solo algunas de las cosas que dificultan su capacidad de comer. Los efectos secundarios de los medicamentos, el estrés y la angustia espiritual también son factores que pueden generar falta de apetito.

Algunas de las causas pueden controlarse con tratamiento médico. Por ejemplo, es posible brindar apoyo nutricional mediante sugerencias sobre cómo aprovechar el máximo de cada bocado, o mediante bebidas o suplementos nutricionales. También hay medicinas que pueden estimular su apetito, disminuir la náusea y que ayuden a desplazar los alimentos en el estómago de una forma más rápida. Tal vez le sorprenda ver que puede lograr volver a comer más con los demás en la mesa. Es posible que pueda tener comidas más pequeñas y frecuentes, o bocadillos frecuentes durante el día en lugar de tener las tres comidas acostumbradas. Puede que estas medidas funcionen para algunas personas, pero no serán útiles para la mayoría de las personas que están muy próximas a morir. (Lea “Cuando la muerte se aproxima”). En etapas más avanzadas, estos esfuerzos pueden incluso provocar que la persona se sienta peor.

Resulta importante reconocer cambios en el apetito de manera que pueda recibir ayuda cuando sea necesario. Consulte con su equipo de atención médica sobre cuánto ha estado comiendo y sobre si es necesario tomar medidas al respecto.

Dificultades para respirar
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CategoríaTratamiento y apoyo
Síntomas físicos en los últimos dos a tres meses de vida
Esta información ha sido redactada para la persona con cáncer, pero puede también ser útil para las personas que cuidan, quieren y apoyan a un ser querido durante su estado avanzado con la enfermedad. Esta información puede ayudarle a encontrar respuestas a sus preguntas e inquietudes durante estos tiempos tan delicados y difíciles.

A continuación se listan algunas de las cosas por las que una persona suele pasar cuando se aproxima el momento de su muerte. También procuramos ofrecer algunos consejos prácticos sobre qué puede hacerse para ayudar a mantener estos síntomas bajo control. Asegúrese de informar a su equipo de atención médica sobre cómo sigue su estado de salud. No asuma que es normal sentirse mal o vivir con malestar. A menudo hay formas de poder ayudarle a sentirse mejor.

Cansancio
Saúl, de 60 años, con cáncer en etapa avanzada: “Me siento como un motor que ha perdido su potencia. Parece como si tuviera la energía para apenas hacer solo una o dos cosas pequeñas y más nada, habiendo gastado mi suministro de energía para ese día. Estoy cansado de estar cansado, lo cual es muy frustrante”.

El cansancio es una sensación de debilidad física, mental y emocional. El cansancio relacionado con el cáncer a menudo se define como una sensación extrema de cansancio que no se alivia con el descanso. Casi todas las personas con cáncer avanzado presentan este síntoma.

¿Qué puede hacer para sobrellevar el cansancio?
Para atender el cansancio, primero, hay que controlar los síntomas que lo empeoran, como el dolor o el estreñimiento. Luego, usted puede incluso prevenirlo más al cuidadosamente equilibrar el descanso con la actividad. Su equipo de atención médica y cuidadores de su salud pueden ayudarle a encontrar las maneras de controlar estos problemas que pueden hacer que el cansancio empeore. Dígales cómo se siente y pruebe diferentes alternativas para ver si son útiles en aliviar su cansancio.

Algunos medicamentos pueden también hacer que sienta cansancio. Puede que requiera hablar con su equipo de atención médica sobre cambiar de medicamentos o tomarlos a distintas horas. Incluso podría dejar de tomar los medicamentos que no están siendo útiles o que ya no son necesarios.

Cuide de su seguridad durante la actividad física. Si siente que no tiene equilibrio al estar de pie, asegúrese de tener ayuda mientras camina. Puede que sienta mayor seguridad si dispone de un andador o silla de ruedas. Su médico o equipo de atención de hospicio pueden ayudarle a conseguir el equipo que requiera para que tenga más comodidad y seguridad.

Planifique las actividades alrededor de los momentos en los que mejor se sienta y que tenga la mayor energía. Siéntese al aire libre, escuche música, dé un paseo en automóvil, pase el tiempo viendo cómo se prepara la comida; la distracción y la estimulación de sus sentidos puede que ayuden a aliviar el cansancio.

Algunas personas encuentran útil el uso de un retrete (inodoro) portátil al lado de la cama, ya que de esta manera se ahorra el esfuerzo de desplazarse hacia o desde el cuarto de baño. Programe una pausa de descanso al levantarse de la cama de tal forma que pueda recuperar energías mientras permanece sentando(a) en ella. Tome cortos periodos de descanso durante las actividades, y tenga sillas alrededor.

Puede que algunas personas descubran un temor al dormir por miedo a que ya no vayan a despertar. Esto es un temor natural y muy real. El necesitar más tiempo para dormir es normal durante los últimos meses de vida. El distanciamiento de las personas, el retraerse y concentrarse en sí mismo(a) y hablar menos también es común en estos momentos. Aunque algunas personas desean rodearse de familiares y amigos, otras eligen tener un entorno tranquilo, pacífico y sin ruido. Esté atento(a) a lo que su cuerpo desea. Dígale a los demás lo que quiere y ahorre su energía para las cosas o las personas que sean más importantes para usted. Concentrarse en aprovechar al máximo cada momento es una forma adecuada de canalizar sus preocupaciones y miedos.

Dolor
Juan, de 47 años: “Necesito la morfina para poder hacer las cosas que deseo hacer. Siempre y cuando permanezca en cama me siento bien y sin dolor, ¡pero no quiero pasar el resto del tiempo acostado!”.

La gente con cáncer a menudo teme al dolor más que a cualquier otra cosa. El tener dolor puede hacerle sentir irritable, dormir mal, reducir su apetito y perder su concentración, entre otros. Pero el dolor puede controlarse con ayuda de profesionales que se especializan en ello. Es importante saber que el dolor no tiene por qué formar parte de la muerte. Si siente dolor, es muy importante hablar con su equipo de atención médica. Ellos deberán comprender que su dolor es lo que sea que usted les está diciendo, y usted deberá esperar que su dolor pueda ser controlado. Usted y su equipo deben trabajar en conjunto para reducir el sufrimiento, aliviar el dolor y mejorar su calidad de vida.

Su equipo de atención médica deberá consultar con usted con frecuencia para determinar cuánto dolor está teniendo. Es importante mantenerles al tanto sobre todos los cambios en su dolor y otros síntomas. Necesitarán que usted les diga qué tan bien cada plan para el control del dolor está funcionando. No se desanime si sus medicamentos deben modificarse algunas cuantas veces para conseguir el mejor control del dolor con el menor número de efectos secundarios. Puede que quiera pedir al equipo de atención médica que le recomiende a un especialista contra el dolor si no ha sido posible controlar el dolor.

Describa su dolor tan detalladamente como le sea posible, incluyendo:

En dónde lo siente
Cómo siente el dolor
Cuánto tiempo dura
Cuándo comenzó el dolor
Qué lo alivia
Qué lo empeora
El llevar un registro del dolor y de toda esta información puede ser de utilidad. A menudo su equipo de atención médica le pedirá que describa su dolor usando una escala de 0 a 10, siendo 10 el nivel máximo de dolor que pueda uno imaginar y 0 sin dolor en lo absoluto. El usar esta escala de dolor es también útil para poder describir el efecto que tienen las medidas que se toman para combatirlo. Usted puede encontrar un diario sobre el control del dolor y mucha más información sobre el manejo del dolor en línea o nos puede llamar para solicitar copias gratis.

Tipos de medicamentos contra el dolor
La enfermera o el médico evaluará su dolor y determinará el nivel o grado promedio de dolor que usted experimenta. Hoy en día se dispone de muchos analgésicos diferentes que van desde el acetaminofeno (Tylenol®) hasta los opiáceos (medicamentos similares a la morfina).

También hay muchas formas de medicina contra el dolor, tales como opioides de acción y liberación prolongada que se usan las veinticuatro horas del día. Estos medicamentos de acción prolongada funcionan al mantenerse constantemente en los niveles sanguíneos, lo cual ayuda a mantener el dolor bajo control de forma nivelada por periodos prolongados de tiempo. Los medicamentos de rescate de acción inmediata pueden usarse para controlar rápidamente el dolor.

Los analgésicos opioides existen en muchas formas y pueden ser administrados de muchas maneras. Los parches que se pegan sobre la piel, las grageas o pastillas para ch**ar (en lugar de tragarse de inmediato), las píldoras que se colocan debajo de la lengua e incluso los supositorios pueden utilizarse cuando sea necesario.

A veces, el dolor demasiado intenso puede controlarse más efectivamente con una bomba que suministra el medicamento ya sea bajo la piel (subcutáneamente) o a través de una vena (intravenosamente). Si usted necesita este tipo de control del dolor, aún puede recibirlo en casa.

Es muy común que una persona con cáncer tome más de un medicamento para controlar el dolor crónico y el dolor emergente. Además, algunas personas necesitan dosis más altas de opioides que otras. No se inquiete si encuentra que está tomando una gran cantidad de medicamentos. Esto no tiene nada que ver con que no pueda tolerar el dolor, ni significa que usted sea una persona quejumbrosa. Los cuerpos de algunas personas requieren menos medicamentos, mientras que los de otras requieren más, para que el dolor permanezca bajo control.

Con el transcurso del tiempo, puede que también vea que requiere de mayores dosis de analgésicos debido a que ya no están funcionando como antes lo hacían. Esto se debe a que el cuerpo se ha hecho resistente al medicamento que ahora surte un menor efecto. El necesitar incrementar su dosis medicinal no significa que ya pronto vaya a morir. De hecho, hay evidencia que demuestra que un alivio insuficiente del dolor puede acelerar la muerte.

En ocasiones, puede que se usen otros medicamentos. Por ejemplo, ciertos antidepresivos o anticonvulsivantes (medicamentos para el control de convulsiones) a menudo funcionan bien contra el dolor en las terminales nerviosas. Puede que se use esteroides para ayudar con ciertos tipos de dolor, como aquel causado por la hinchazón o inflamación. Estas medicinas a menudo se dan junto con los opioides.

Señales de que una persona siente dolor
Si el paciente no puede comunicar el dolor que puede estar teniendo a los cuidadores de su salud, existen señales que ellos pueden observar que les indiquen la presencia de dolor o malestar. Entre algunas de estas señales de dolor que puede que observen se incluye:

Respiración sonora: respiros agitados, bruscos o rápidos
Expresiones auditivas de dolor: gemidos, quejidos o lamentaciones
Expresiones faciales: expresión de tristeza, tensión, temor, enojo o llanto
Lenguaje corporal: tensión, puños apretados, rodillas tiesas, rigidez, agitación o acciones que aparentan que desea escapar de la zona donde está el dolor
Movimiento corporal: cambiar de posición buscando comodidad sin lograrlo
El poder identificar esto y recibir el medicamento correspondiente contra el dolor es útil para que el cuidador pueda ofrecer una atención adecuada que le brinde al paciente la comodidad posible.

Otras maneras de ayudar a aliviar el dolor causado por cáncer
Con ciertos tipos de dolor, los médicos pueden realizar procedimientos especiales como obstrucciones de las terminales nerviosas, tratamientos con radiación dirigida e incluso operaciones quirúrgicas para controlar el dolor. Si su dolor no se encuentra bien controlado, podría ser que su médico le refiera con un especialista en el control del dolor. Este especialista podría contar con distintas opciones para ayudarle.

Las medicinas y procedimientos médicos no son las únicas formas de aliviar su dolor. Existen otras cosas que puede hacer. Algunas personas encuentran útiles las distracciones como la música, las películas, una conversación o juegos. El uso de calor, frío, o masaje en el área que causa dolor puede ser útil. Los ejercicios de relajación y la meditación pueden ayudar a aliviar el dolor y a reducir la ansiedad en algunas personas. Tenga en cuenta que para la mayoría de las personas con dolor asociado con el cáncer, estas medidas solas no son suficientes para manejar el dolor, pero puede que ayuden a mejorar su comodidad cuando se emplean con medicamentos contra el dolor.

Cambios en el apetito
Margarita, de 34 años: “Simplemente no puedo comer, pero sé que debo hacerlo para seguir viva. Mi esposo e hijos se desesperan cuando no como... a veces yo misma me asusto al no sentir ganas de comer. Quiero hacerlo, pero no puedo”.

A medida que transcurre el tiempo, su cuerpo pareciera que se desacelera. Tal vez sienta que el cansancio es mayor, o quizás sienta que el dolor está empeorando. Puede que se sienta más retraído(a) y que esto ocasione que coma menos y pierda peso. Esto es una parte normal en los últimos meses de vida, pero puede que sea el comienzo de una batalla entre usted y sus seres queridos.

Al estar teniendo menos movilidad, tiene menos energía, menos hambre y por lo tanto menos deseos de comer. La comida deja de resultarle grata a su sentido del olfato y del gusto. Parece que está sintiendo saciedad más rápido y disminuyen los alimentos que le apetece consumir. Mientras esto sucede, las células cancerosas pueden competir con las células normales de su cuerpo por los nutrientes que sí logra ingerir.

Evite las peleas con familiares por la comida
Puede resultar muy molesto para su familia ver que está comiendo menos. Para ellos, su interés por la comida puede que represente su interés por la vida. Al rechazar la comida, puede que para su familia parezca que está escogiendo reducir su tiempo de vida. Puede que la familia se lo tome personal y piense que quiere dejarlos ya, o que busca acelerar su muerte (incluso de forma inconsciente).

Es importante que usted y sus seres queridos hablen de estos asuntos. Los últimos meses de su vida no deben ocuparse con peleas por la comida. La pérdida del apetito y el no poder comer sucede a la mayoría de los pacientes de cáncer antes de morir. Es normal en los últimos meses de vida que algunas partes de su cuerpo comiencen a desacelerarse y que eventualmente se inhabiliten. El no tener ganas de comer no debe verse como una señal de que quiere dejar de vivir, ni que quiera abandonar a su familia. Esto es normal en el proceso de la muerte. Explique a sus seres queridos que aprecia profundamente sus esfuerzos por alimentarle y que entiende que conforman muestras de amor. Dígales que no está rechazando su amor, pero que su cuerpo está limitando los nutrientes que necesita.

Su cuerpo está experimentando cambios que tienen un efecto directo en su apetito. Los cambios en el gusto y el olfato, sequedad de la boca, cambios en el estómago y los intestinos, falta de aliento, náuseas, vómitos, diarrea y estreñimiento son solo algunas de las cosas que dificultan su capacidad de comer. Los efectos secundarios de los medicamentos, el estrés y la angustia espiritual también son factores que pueden generar falta de apetito.

Algunas de las causas pueden controlarse con tratamiento médico. Por ejemplo, es posible brindar apoyo nutricional mediante sugerencias sobre cómo aprovechar el máximo de cada bocado, o mediante bebidas o suplementos nutricionales. También hay medicinas que pueden estimular su apetito, disminuir la náusea y que ayuden a desplazar los alimentos en el estómago de una forma más rápida. Tal vez le sorprenda ver que puede lograr volver a comer más con los demás en la mesa. Es posible que pueda tener comidas más pequeñas y frecuentes, o bocadillos frecuentes durante el día en lugar de tener las tres comidas acostumbradas. Puede que estas medidas funcionen para algunas personas, pero no serán útiles para la mayoría de las personas que están muy próximas a morir. (Lea “Cuando la muerte se aproxima”). En etapas más avanzadas, estos esfuerzos pueden incluso provocar que la persona se sienta peor.

Resulta importante reconocer cambios en el apetito de manera que pueda recibir ayuda cuando sea necesario. Consulte con su equipo de atención médica sobre cuánto ha estado comiendo y sobre si es necesario tomar medidas al respecto.

Dificultades para respirar
Enrique, de 78 años: "Se me dificultaba respirar. ¡Pensé que este ataque nunca terminaría y que esta era la forma en que iba a morir!"

El solo hecho de pensar sobre los problemas para respirar puede resultar aterrador. La dificultad para respirar o falta de aliento es muy común en personas con cáncer avanzado, pero puede atenderse durante el final de la vida.

Puede que sienta que le falta el aliento o que tenga la necesidad de respirar más rápida y enérgicamente de lo normal. Podría ser que siente como si hubiera algún líquido en sus pulmones que provoca deseos por toser. A menudo estos síntomas aparecen y desaparecen. Dígale a su equipo de atención médica si usted está teniendo problemas de respiración para que pueda recibir ayuda de ellos.

Se pueden tomar varias medidas para facilitar su respiración:

Sentarse en posición recta
Apoyarse con el uso de almohadas
Recostarse sobre una mesa
A veces el oxígeno suministrado a través de un tubo pequeño por debajo de su nariz aliviará la mayoría de sus síntomas.
Los analgésicos opioides pueden ser efectivos en reducir la falta de aliento y relajar su respiración.
Si existe líquido en sus pulmones, se puede administrar medicamento que desacelere su acumulación.
A veces el abrir una ventana, una temperatura ambiente más fresca, o tener un ventilador encendido frente a su rostro ayudarán a que se sienta menos ansioso por recibir aire.
Le pueden enseñar técnicas de respiración y relajamiento para cuando experimente los problemas al respirar.
Los medicamentos para reducir la ansiedad le pueden ayudar a preocuparse menos sobre la falta de aliento.
Muchas personas con cáncer temen que este problema empeore conforme progresa la enfermedad. Hay medidas que se pueden tomar para controlar cada cambio en su condición que permiten tratar cada problema. Al igual que con el dolor, el equipo de profesionales que atiende su salud, deberá poder ayudarle con sus problemas para respirar.

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