18/04/2021
Acerca de las medidas contra COVID 19...
Imaginemos que en algún lugar construyen una carretera para unir a dos ciudades. Por alguna extraña razón se empiezan a incrementar los accidentes en ella. Un organismo internacional emite una alerta acerca de que cruzar esta carretera es más peligroso y mortal que lo habitual. Se hace una investigación y resulta que el asfalto por alguna razón quedó más resbaloso de lo que debería. Esa es la razón, hay una razón real para que se incrementen los accidentes, pero los responsables de detener el flujo de la carretera minimizan el problema. Es más, ellos empiezan a transitar la carretera con frecuencia y a lo largo del tiempo también derrapan, aunque nadie muere (imagínense sí ocultan las estadísticas reales de accidentes en la carretera). Así que la carretera sigue operando. Bueno, cruzar la carretera no garantiza que llegues a la otra ciudad sano y salvo, pero la mayoría lo hace, la mayoría cruza sano y salvo. En este ejemplo los vehículos que vayan más rápido tendrán más riesgo de derrapar por simple lógica, así mismo los vehículos en malas condiciones. Y si los ocupantes además de eso (o, aunque su vehículo esté perfecto) no usan cinturón de seguridad o no respetan los límites de velocidad o no prenden sus luces si hay que hacerlo, todo esto incrementa el riesgo de accidentarse o morir si tienen un derrape; tendrán un mal día, aunque nadie muera. Aunque tu conduzcas con velocidad moderada, respetes las reglas y extremes tus precauciones siempre hay un tercero que puede perjudicarte. Bueno, en este símil el asfalto resbaloso es el SARS-CoV- 2 que genera COVID 19. Los vehículos con más riesgo pueden ser los vehículos más antiguos porque ya sus llantas están gastadas o tienen alguna falla importante en frenos... es decir, la gente mayor o con morbilidades. Los encargados de detener el flujo de la carretera... algunas de nuestras autoridades. Las personas imprudentes que no usan cinturón de seguridad o no encienden las luces cuando deben o no moderan su velocidad o conducen bajo los efectos del alcohol o alguna droga... las que no usan cubrebocas, sana distancia o no se lavan frecuentemente las manos o sabiéndose enfermos asintomáticos no hacen cuarentena. Las personas que usan la carretera innecesariamente... las que no se quedan en casa. Aún los vehículos muy nuevos pueden tener más riesgos ya que son vehículos aún no probados... nuestros niños menores de 2 años. ¿Cuál sería el consejo en nuestro hipotético ejemplo? No transite la carretera si no es necesario... quédese en casa, al menos mientras se arregla en lo posible la falla... mientras nos vacunamos todos. Si su vehículo presenta fallas, no cruce la carretera si no es necesario... personas mayores o con enfermedades crónicas. Si tiene que cruzar la carretera, respete las señales, baje la velocidad, use luces cuando se requiera... es decir, use cubrebocas, respete la distancia y lávese frecuentemente las manos. Si su vehículo es muy nuevo no cruce la carretera... niños menores a dos años. La pandemia aún no está domada, es verdad que mucha gente andará como si nada y a muchos no les pasará nada (solo a un 10 por ciento) pero esas personas circulando innecesariamente aumentan el riesgo para las personas que sí necesitan obligatoriamente usar la carretera y se arriesgan a tener un accidente mortal si caen en ese 10 por ciento fatal. Si todos colaboramos, en algunos escenarios matemáticos (sin considerar la salida desmedida de personas sin protección y sin considerar mutaciones) a mediados del 2022 podríamos estar ya de gane. Pero si seguimos sin contribuir este tiempo se alargará. Es verdad, mucha gente está cansada y quiere volver a salir, volver a convivir, volver a celebrar... pero está transitando la carretera de riesgo en un momento que aún no es prudente. El momento llegará más pronto si contribuimos. La gente que sigue todas las medidas no es más tonta: es más responsable y consiente. La gente que ha abandonado las medidas nos afecta a todos por igual. No bajemos la guardia.