06/12/2025
Beneficios de la fantasía en la crianza…Y por qué no es “mentirles”, sino nutrirles la mente:
La fantasía es una de las herramientas más poderosas y subestimadas en la crianza. No solo hace la infancia más divertida: también construye capacidades emocionales, cognitivas y sociales que acompañarán al niño toda la vida. Estos son sus beneficios principales
1. Fomenta la creatividad (¡y la flexibilidad mental!):
Cuando un niño imagina que su peluche habla, que su cuarto es una nave espacial o que su taza tiene superpoderes, está practicando la habilidad de crear posibilidades donde no las hay.
Esa misma capacidad, más adelante, se traduce en resolver problemas, inventar soluciones y adaptarse a situaciones nuevas.
2. Desarrolla habilidades cognitivas finas:
La fantasía exige:
• Planear (“el dragón viene, ¿dónde nos escondemos?”)
• Organizar (“tú eres el médico y yo el paciente”)
• Anticipar (“si llueve, el castillo se inunda”)
Eso fortalece atención, memoria de trabajo y funciones ejecutivas. Es neurodesarrollo puro… disfrazado de juego.
3. Mejora el lenguaje:
En los juegos de fantasía los niños usan palabras nuevas, narran historias, practican turnos y roles.
Incluso los pequeños que hablan poco suelen soltarse más cuando están “jugando a ser alguien”.
4. Procesa emociones difíciles:
La fantasía permite ensayar sentimientos sin riesgo:
• “Vamos a jugar que estoy enfermo y tú eres mi mamá”
• “Juguemos que el monstruo me daba miedo pero ya no”
Es su forma sana y natural de entender frustración, enojo, miedo, cambios y pérdidas.
5. Da seguridad emocional:
Los mundos imaginarios, los personajes inventados, Santa Clós, el Ratón de los Dientes, el dinosaurio amigo…
Todos ellos funcionan como apoyos emocionales. Les dan calma, compañía y sensación de control en situaciones nuevas.
6. Fortalece las habilidades sociales:
Cuando los niños juegan con otros, la fantasía les enseña a:
• negociar roles
• turnarse
• respetar reglas creadas entre ellos
• entender otros puntos de vista
Es entrenamiento social de primer nivel.
7. Hace la infancia más feliz (Sí, más FELIZ):
Los recuerdos más significativos de la niñez suelen venir del juego libre, absurdo, mágico, inventado. Sí, como las fantasías de Navidad o Halloween.
La fantasía no solo educa: crea felicidad.
¿Y hay que evitar “excesos”?
Solo dos recomendaciones:
• La fantasía no debe reemplazar explicaciones reales cuando el niño pregunta directamente.
• Y no debe usarse para asustar o controlar (“si no comes, vendrá el coco…”).
Fuera de eso, es un terreno seguro, sano y valiosísimo.
Así que si eres uno de esos adultos amargados que vas por el mes de diciembre destruyendo fantasías según tú porque no les mientes, científica y pedagógicamente estás equivocado. Y no lo digo yo, sino la ciencia.
• American Academy of Pediatrics. (2018). The power of play: A pediatric role in enhancing development in young children. Pediatrics, 142(3), e20182058.
• Gopnik, A. (2016). The gardener and the carpenter. Farrar, Straus and Giroux.
• Singer, D. G., & Singer, J. L. (2005). Imagination and play in the electronic age. Harvard University Press.
• Russ, S. W. (2014). Pretend play in childhood: Foundation of adult creativity. American Psychological Association.
• Vygotsky, L. S. (1978). Mind in society: The development of higher psychological processes. Harvard University Press.
• Winnicott, D. W. (1953). Transitional objects and transitional phenomena. International Journal of Psychoanalysis, 34, 89–97.
• Center on the Developing Child at Harvard University. (2011). Building the brain’s “air traffic control system”: How early experiences shape the development of executive function. Harvard University.