Consejería en adicciones e integración social

Consejería en adicciones e integración social ¿Quiénes somos? Nos dedicamos a promover el bienestar emocional y mental antes de que surjan problemas graves.
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A través de un enfoque proactivo, ofrecemos recursos, herramientas y apoyo para ayudarte a mantener una salud mental equilibrada,

El mito de las adiccionesUno de los mitos más dañinos es creer que la adicción es “una cuestión de falta de voluntad”.Es...
06/12/2025

El mito de las adicciones

Uno de los mitos más dañinos es creer que la adicción es “una cuestión de falta de voluntad”.
Ese pensamiento rompe familias, genera culpa y oculta la realidad: la adicción es una enfermedad compleja, no un capricho ni un gusto.

Otro mito común es creer que “el adicto solo cambia cuando toca fondo”.
La verdad es que esperar al fondo puede costar vidas.
Las personas pueden cambiar cuando encuentran apoyo, límites, tratamiento y un entorno que no minimiza ni normaliza el consumo.

También existe el mito de que “si quiere, puede dejarlo solo”.
Pero la adicción no se enfrenta con fuerza bruta: se enfrenta con tratamiento, acompañamiento terapéutico, contención familiar y un plan real de recuperación.

Los mitos crean vergüenza.
La verdad abre caminos.

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“El abismo de las adicciones” El abismo de las adicciones no aparece de un día para otro. Se forma lentamente, con silen...
05/12/2025

“El abismo de las adicciones”

El abismo de las adicciones no aparece de un día para otro. Se forma lentamente, con silencios acumulados, con dolores que nadie vio y con heridas que nunca sanaron.
Quien cae ahí no es una mala persona, es alguien que perdió el camino mientras intentaba calmar un dolor que no sabía nombrar.
Las adicciones no destruyen sólo el cuerpo, también el alma, la confianza y los lazos familiares. Pero incluso en lo más oscuro del abismo, siempre hay una luz —una decisión, una mano extendida, un “aún puedo”— capaz de iniciar el regreso.
Nadie está destinado a quedarse allí para siempre. Y aunque parezca profundo, siempre existe una salida para quien decide pedir ayuda y para la familia que elige acompañar sin rendirse.

Con respeto y esperanza.

“La muerte lenta del cristal”Querido joven:El cristal nunca te muestra su verdadera cara el primer día.Llega disfrazado ...
05/12/2025

“La muerte lenta del cristal”

Querido joven:
El cristal nunca te muestra su verdadera cara el primer día.
Llega disfrazado de escape, de energía, de alivio… pero en silencio va robando tu alma, tu paz, tus sueños y tu identidad.
Te promete sentirte bien, pero te va apagando por dentro, un poco cada día.
Es una muerte lenta: de tu cuerpo, de tus relaciones, de tu espíritu.
No quiere matarte rápido; quiere tenerte atrapado, sin esperanza, sin fuerza y sin voluntad.
Pero tú no naciste para eso.
Aún estás a tiempo de romper ese pacto con el dolor y volver a elegir la vida. No importa cuánto hayas caído, lo importante es que todavía puedes levantarte.

Con un mensaje de verdad y vida.

La tristeza de una madre que no puede ayudar a su hijo”A esa madre que sufre en silencio:Tu tristeza es profunda porque ...
05/12/2025

La tristeza de una madre que no puede ayudar a su hijo”

A esa madre que sufre en silencio:
Tu tristeza es profunda porque nace del amor.

No es fácil ver a un hijo perderse en un mundo que lo lastima. Rompe el alma sentir que lo llamas y no escucha, que lo abrazas y no vuelve, que lo buscas y no lo encuentras.

Sientes culpa, impotencia y miedo… y aun así sigues ahí, con el corazón abierto, esperando que un día regrese.

Nadie te enseña a ser madre de un hijo con adicciones. Aprendes a golpes, con lágrimas y con noches sin dormir.

Pero tu amor —ese amor que a veces crees que no sirve— es una brújula que un día puede guiarlo de regreso.
No estás sola. Tu dolor es real, tu lucha es valiosa y tu esperanza sigue siendo luz en medio del caos.

Con abrazo al corazón de cada madre que no se rinde.

REFLEXIÓN — “LA MADRE QUE QUIERE SALVAR A SU HIJO”Una madre puede dar la vida por su hijo… pero también puede perder la ...
05/12/2025

REFLEXIÓN — “LA MADRE QUE QUIERE SALVAR A SU HIJO”

Una madre puede dar la vida por su hijo… pero también puede perder la suya intentando salvarlo.

Hay madres que aman tan fuerte, tan profundo, tan desde el alma… que confunden amor con rescate, cuidado con sacrificio, presencia con sobreprotección.
Y lo más doloroso es esto:
mientras ella se desvive por salvarlo, su hijo se hunde un poco más.

Porque cuando una madre quiere “salvar”, sin darse cuenta empieza a cargar lo que no le pertenece: las decisiones, las consecuencias, el dolor, la responsabilidad. Y el hijo —ese hijo herido, perdido en la adicción— empieza a vivir en una lógica peligrosa:
“Yo caigo… mamá me levanta. Yo rompo… mamá arregla. Yo consumo… mamá me busca.”

Ahí la madre deja de ser madre y se vuelve un salvavidas emocional.
Y el salvavidas, en vez de enseñarle a nadar, lo acostumbra a no mover los brazos.

Y aquí viene lo más fuerte:
Una madre que salva demasiado no salva: reemplaza.
Reemplaza la responsabilidad, reemplaza el límite, reemplaza el dolor que él necesita sentir para despertar.

He escuchado a madres decirme llorando:
—“Es que si no lo ayudo, ¿quién lo va a hacer?”
Y yo les respondo con el corazón en la mano:
“Si sigues ayudándolo así… nadie podrá hacerlo. Ni siquiera él.”

Porque un hijo no se recupera cuando mamá lo salva,
se recupera cuando mamá suelta,
cuando mamá deja de cubrir incendios
y entiende que amar también es hacer espacio para que el otro crezca.

La madre que quiere salvar a su hijo no es mala.
Es una mujer asustada, desgastada, llena de esperanza
que no ha descubierto algo fundamental:

A veces, el acto más grande de amor… es dejar que él enfrente su propia verdad.

Y aunque duela, aunque rompa, aunque parezca abandono…
ese es el primer paso para que él se encuentre con la vida
y no con la adicción.

ZAPOPAN JALISCO
TRATAMIENTO INTEGRAL CLINICO
Y ACOMPAÑAMIENTO FAMILIAR

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No es él quien te destruyó… fuiste tú, cuando te dejaste de lado.Testimonio real: “Lo amo, con el alma.Pero yo… ya no me...
05/12/2025

No es él quien te destruyó… fuiste tú, cuando te dejaste de lado.

Testimonio real:

“Lo amo, con el alma.
Pero yo… ya no me gusto.
No me gusta cómo le hablo.
No me gusta cómo me veo.
No me gusta cómo me siento al final del día.
Me duele que me tema. Me duele que me esquive.
Me duele ser la madre que prometí no ser.
Me duele que me duela ser madre.
Él no tiene la culpa. Pero cada vez que me grita, que me desafía, que me empuja… siento que me he perdido para siempre.
¿Dónde quedó la mujer que yo era?
¿Dónde quedó el amor que yo me tenía?
¿Cómo puedo enseñarle a quererse… si yo ya no me quiero?”

Amar a un hijo no significa dejar de amarte a ti.
Pero en la realidad emocional de muchas madres y padres, el amor por el hijo se convirtió en abandono personal silencioso.
Carl Rogers, psicólogo humanista, explicó que la disociación afectiva aparece cuando una persona ya no se identifica con su propia experiencia interna.
Es decir: cuando haces cosas por fuera (cuidar, sostener, amar), pero por dentro ya no sabes quién eres ni cómo te sientes realmente.

¿Por qué es tan grave esto en la crianza?

Porque un adulto que no se quiere a sí mismo, tiene dos caminos extremos:
1. Reacciona con culpa, rabia o sobreprotección.
2. Se desconecta emocionalmente y educa desde el miedo, no desde el amor.
Tu hijo no necesita que seas perfecta…
Pero necesita que te gustes lo suficiente como para no desaparecer.

Ejercicio práctico:

Escribe esta frase y complétala honestamente:
“Lo amo profundamente, pero me cuesta…”
Luego responde:

1. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por ti?
2. ¿Qué cosas de ti te gustaría recuperar?
3. ¿Qué imagen tienes hoy de ti misma como madre?
Este ejercicio no es para generar culpa, es para reconectar con tu humanidad.

Consejo práctico:

Hoy, obsérvate sin juicio.
Mírate al espejo y di en voz alta tu nombre.
No digas “mamá”.
Dite a ti.
“______, tú también mereces amor.
No solo darlo… también recibirlo.”
Agenda un espacio de 15 minutos en tu semana solo para ti.
Una caminata. Una ducha en silencio. Una canción.
Tu hijo no pierde nada si tú te recuperas.
Gana una madre completa.

Soltar no es rendirse… es aceptar que ya hiciste demasiado.Hay una frase que quiero que leas despacio:“No se rompe el qu...
05/12/2025

Soltar no es rendirse… es aceptar que ya hiciste demasiado.

Hay una frase que quiero que leas despacio:
“No se rompe el que suelta… se rompe el que se queda sosteniendo lo que ya lo está destruyendo.”

En el mundo de las adicciones esto duele más, porque amar a un adicto es un lugar donde el corazón siempre paga un precio.
Y sé que a muchos les enseñaron que soltar es abandonar…
Que poner límites es falta de amor…
Que dejar de rescatar es ser cruel.

Pero la verdad es otra:
Soltar también es amar. Y a veces, soltar es lo único que puede salvarte.

He visto a madres hechas polvo intentando salvar a un hijo que no quiere salvarse.
He visto a parejas perdiéndose a sí mismas para sostener a alguien que no quiere levantarse.
He visto a familiares cargando una culpa que no les pertenece.

Y siempre, en esos momentos, aparece esta pregunta:
“¿En qué momento se suelta?”

La respuesta es dura, pero es verdad:
Se suelta cuando te das cuenta de que amar no significa destruirte.
Se suelta cuando entiendes que tú ya diste todo lo que tenías que dar.
Se suelta cuando salvar al otro implica perderte a ti.

Soltar no es rendirte.
Soltar no es lavarte las manos.
Soltar no es dejar de amar.

Soltar es aceptar que tu amor no puede hacer el trabajo que le toca al otro.

Hay una diferencia enorme entre ayudar y cargar.
Entre acompañar y anularte.
Entre amar y desaparecerte.

Y a veces lo más valiente que puedes hacer es tomar aire, mirar tu vida y decirte:
“Ya hice demasiado. Ahora le toca a él… o a ella.”

Porque nadie puede sanar desde tus fuerzas.
Nadie puede recuperar su vida con tus pasos.
Nadie se levanta con tu espalda.

La recuperación es un acto profundamente personal.
Y cuando tú dejas de sostener lo que no te corresponde, el otro por fin se enfrenta a la realidad:
O camina… o se queda.
Pero ya no te arrastra con él.

Y aquí viene la parte más humana:
Soltar también duele.
Pero duele distinto.
Duele como el músculo que después de cargar demasiado por fin descansa.
Duele como el alma que estaba cansada de pelear una guerra que no era suya.

Hoy quiero que te lleves esta frase:

🔥 “Soltar no es perderlo… es recuperarte.”
🔥 “A veces el acto más grande de amor es dar un pas

La recuperación no termina cuando un paciente sale del centro.Es ahí, en la vida real, donde verdaderamente comienza el ...
04/12/2025

La recuperación no termina cuando un paciente sale del centro.
Es ahí, en la vida real, donde verdaderamente comienza el reto:
poner en práctica lo aprendido, sostener los cambios y enfrentarse a un entorno cotidiano que muchas veces es un terreno complejo, lleno de emociones contradictorias, viejos hábitos y pruebas constantes.

La verdadera recuperación se construye día a día, con decisiones pequeñas, con apoyo, con límites y con un compromiso firme con la vida.

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¿Qué es una mamá co-adicta?Es una madre que vive tan involucrada en la vida del hijo adicto que su propio bienestar, sus...
04/12/2025

¿Qué es una mamá co-adicta?

Es una madre que vive tan involucrada en la vida del hijo adicto que su propio bienestar, sus emociones y su rutina empiezan a girar alrededor de él.
No consume sustancias, pero sufre la misma enfermedad emocional:
la adicción al control, al rescate, al miedo, al sufrimiento y a intentar salvarlo sola.

Características de una mamá co-adicta

Vive angustiada, pendiente de si su hijo consume o no.

Cubre sus problemas, miente por él o lo “resuelve todo” para evitarle consecuencias.

Le da dinero o lo saca de problemas aun cuando la lastima.

Perdonan agresiones o faltas porque sienten culpa o miedo.

Se dejan en último lugar: no duermen, no comen bien, no se atienden.

Se sienten responsables de “curarlo” aunque saben que no pueden.

Lo importante: no es culpa, es desgaste emocional

La co-adicción nace del amor, del miedo a perder al hijo y del instinto de proteger.
Pero termina destruyendo a la madre y tampoco ayuda al hijo a recuperarse.

La salida

La recuperación de una mamá co-adicta es aprender a:

poner límites,

dejar de rescatar,

soltar el control,

cuidar su salud emocional,

y acompañar sin cargar la vida del hijo.

El dolor de la adicción atraviesa todas las relaciones. Los secretos y la desconfianza crean barreras invisibles. La rec...
04/12/2025

El dolor de la adicción atraviesa todas las relaciones. Los secretos y la desconfianza crean barreras invisibles. La recuperación es también un camino para sanar esos lazos rotos.

¿Cómo piensas que la adicción puede afectar a la unidad y la confianza de las relaciones familiares?

CÓMO ENTRENAR TU MENTE PARA SALIR DEL ESTADO DE PREOCUPACIÓN CONSTANTE...La Preocupación constante como Característica A...
04/12/2025

CÓMO ENTRENAR TU MENTE PARA SALIR DEL ESTADO DE PREOCUPACIÓN CONSTANTE...
La Preocupación constante como Característica Ansiosa, es un hábito mental que tu cerebro ha ido practicando una y otra vez, hasta automatizarlo. La buena noticia es que el mismo cerebro que aprendió a preocuparse también puede aprender a relajarse, enfocarse y responder mejor. No se trata de “dejar de pensar”, sino de entrenar la mente para que NO se quede atrapada en el mismo pensamiento una y otra vez.

Te Propongo una Serie de Pasos, que puedes practicar todos los días y te ayudará en esos momentos de Tensión y Pensamientos Abrumadores.

T – TOMA CONCIENCIA.
Detente unos segundos y pregúntate: “¿Qué estoy pensando exactamente ahora?” Ponle nombre a la preocupación: “miedo a enfermar”, “miedo a quedarme sin dinero”, “miedo a decepcionar a alguien”. Solo con nombrarla, el cerebro ya empieza a organizar el caos interno.

R – RESPIRA Y REGULA.
Cuando la preocupación sube, el cuerpo se tensa. Haz 5 respiraciones profundas: inhalá por la nariz contando 4, sostené 2 segundos y exhalá lentamente contando 6. Esto envía una señal directa al sistema nervioso de que no hay peligro inmediato y baja el volumen de la ansiedad.

A – ATERRIZA LO QUE PIENSAS.
Escribe en una hoja o en el celular:
1. ¿Qué es lo peor que podría pasar?
2. ¿Qué es lo más realista que podría pasar?
3. ¿Qué puedo hacer en los próximos 10 minutos para cuidarme mejor?
Este simple ejercicio, basado en estrategias cognitivas, ayuda a transformar la preocupación en algo más concreto y manejable.

I – INICIA UNA ACCION PEQUEÑA.
La mente rumia, pero el cuerpo resuelve. Elige una acción mínima relacionada con tu preocupación: hacer una llamada, agendar un examen, ordenar un espacio, preparar un presupuesto. No tiene que ser perfecta, solo que te mueva un milímetro hacia adelante. Eso le enseña al cerebro que tú tienes agencia, no solo pensamientos.

N – NUTRE TU SISTEMA.
Sueño, alimentación, movimiento y conexión humana son gasolina para el cerebro. No se trata de una vida “perfecta”, sino de pequeños ajustes: acostarte un poco antes, caminar 10–15 minutos, hablar con alguien de confianza. Cada gesto de autocuidado baja la vulne

Al no hablar el cuerpo hablara por nosotros… el no hacernos cargo de nuestras emociones provocara que nuestro cuerpo se ...
04/12/2025

Al no hablar el cuerpo hablara por nosotros… el no hacernos cargo de nuestras emociones provocara que nuestro cuerpo se haga cargo de estas manifestando dolencias que jamás se sanaran de forma física… porque su origen no es ese…

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