05/09/2025
🔴 La PARÁLISIS DE BELL
Es una condición neurológica que se caracteriza por una debilidad o parálisis repentina y temporal de los músculos en un lado de la cara. Es el tipo más frecuente de parálisis facial periférica aguda y se produce debido a la disfunción del séptimo nervio craneal, también conocido como nervio facial, que es el encargado de controlar la mayoría de los músculos de la cara. A diferencia de otras afecciones, el daño a este nervio es temporal y en la mayoría de los casos no tiene una causa subyacente identificable, por lo que se clasifica como una enfermedad idiopática.
Los síntomas de la PARÁLISIS DE BELL generalmente se manifiestan en cuestión de horas o días y afectan un solo lado de la cara. La persona puede notar una caída de la comisura de la boca, dificultad para cerrar el ojo, un aplanamiento de los pliegues faciales y la incapacidad para realizar expresiones faciales como sonreír o fruncir el ceño en el lado afectado.
Además de la parálisis visible, los pacientes pueden experimentar una alteración en el sentido del gusto, un aumento en la sensibilidad al sonido en el oído del lado afectado y una disminución en la producción de lágrimas o saliva.
Aunque la causa exacta de la PARÁLISIS DE BELL es desconocida, se cree que a menudo está relacionada con una infección viral que causa la inflamación del nervio facial. Se ha sugerido que virus como el herpes simple, que causa el herpes labial, o el virus del zóster, que causa la varicela, podrían ser los desencadenantes. En estos casos, la inflamación comprime el nervio dentro de su estrecho canal óseo, interrumpiendo las señales nerviosas hacia los músculos faciales. Se ha observado que el estrés, los resfriados o incluso las infecciones del oído pueden preceder al inicio de la condición.
El diagnóstico de la PARÁLISIS DE BELL se realiza principalmente por exclusión, evaluando la sintomatología y descartando otras causas de parálisis facial como un derrame cerebral, tumores o traumatismos.
El tratamiento, especialmente si se inicia poco después del comienzo de los síntomas, puede ayudar a acelerar la recuperación.
-El pilar del tratamiento son los corticosteroides, como la prednisona, que se administran para reducir la inflamación del nervio.
-En algunos casos, se pueden prescribir medicamentos antivirales. Es fundamental proteger el ojo afectado con lágrimas artificiales y un parche ocular, especialmente durante la noche, ya que la incapacidad para parpadear puede provocar sequedad y daño corneal. La mayoría de los pacientes se recuperan por completo en un plazo de semanas a seis meses, aunque un pequeño porcentaje puede experimentar una recuperación incompleta.
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