07/12/2025
El célebre Snoopy, uno de los personajes más emblemáticos del mundo del cómic, surgió de las vivencias emocionales de su creador. Charles M. Schulz halló la inspiración en Spike, el perro de su niñez, para imaginar al beagle soñador que cautivaría a tantas generaciones.
Spike era un perro mestizo de pelaje blanco y negro, reconocido por una inteligencia y sensibilidad poco habituales. Schulz contaba que el animal comprendía cerca de cincuenta palabras, algo extraordinario para aquel entonces. En las escasas fotografías de 1935, puede verse al joven artista, de apenas 13 años, en Saint Paul, Minnesota, compartiendo un refresco con aquel compañero que más tarde serviría de modelo para la esencia de Snoopy.
El dibujante evocaba con cariño las aventuras y rutinas que compartió con Spike: cuando lo enviaba al sótano por una papa, las largas “charlas” y su presencia constante. Ese carácter curioso, fiel y vivaz influyó profundamente en la construcción de la personalidad creativa y soñadora del Snoopy que el mundo aprendió a querer.
Incluso la conocida pasión del personaje por la root beer proviene de esas experiencias infantiles. Spike no solo fue el primer amigo de Schulz, sino también la chispa que encendió el nacimiento de uno de los personajes más entrañables y humanos de la cultura popular.