09/11/2025
El sedentarismo es uno de los principales factores de riesgo modificables para enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus, la hipertensión y los trastornos neurológicos, incluyendo la enfermedad de Alzheimer, que se caracteriza por fallo sináptico, depósito de proteína amiloide y pérdida de memoria. El ejercicio físico promueve efectos neuroprotectores mediante moléculas liberadas en la circulación y modula la comunicación fisiológica entre la periferia y el cerebro.
Esta imagen es excelente, porque ilustra la secreción de exerquinas por tejidos periféricos durante el ejercicio físico. Los músculos esqueléticos secretan mioquinas, como lactato, irisina, IL-6 y CTSB. Por su parte, el hígado secreta hepatocinas como el 3-hidroxibutirato (3OHB). Estas moléculas atraviesan la barrera hematoencefálica y en el cerebro aumentan los niveles de factor neurotrófico (BDNF), el volumen del hipocampo y la neurogénesis, a su vez disminuyen la neuroinflamación. Como resultado, se produce una mejora de la plasticidad sináptica y la memoria. Las exerquinas son un grupo de moléculas prometedoras.
Los roles neuroprotectores de las exerquinas.
https://www.frontiersin.org/journals/aging-neuroscience/articles/10.3389/fnagi.2022.965190/full