08/11/2025
En una discusión de pareja, muchos creen que escuchar es quedarse en silencio hasta tener la oportunidad de responder. Pero no. Escuchar de verdad es permitir que el otro hable sin miedo a ser interrumpido, corregido o invalidado.
Cuando tu pareja intenta contarte algo que le duele o le incomoda, no le pidas que lo diga con las palabras que tú quieres escuchar. No te enfoques en su tono, ni en los gestos, ni en buscar “errores” en su forma de expresarse. Enfócate en el fondo, en lo que te está intentando comunicar.
No siempre vas a estar de acuerdo, y está bien. Pero la empatía no se demuestra teniendo la misma opinión, sino dejando que el otro se sienta escuchado hasta el final.
Y después, cuando sea tu turno de hablar, hazlo desde la calma, con respeto y asertividad. Porque las conversaciones no se vuelven difíciles por lo que se dice, sino por cómo decidimos escuchar.
Y si reconoces que en algún momento no escuchaste realmente o interrumpiste sin darte cuenta, también es válido reconocerlo y pedir disculpas. No por obligación, sino porque cuando alguien se siente invalidado, lo que recibe es el mensaje de que lo que dijo —y lo que siente— no importa. Reconocerlo no te quita razón, te devuelve humanidad.