12/03/2021
LOS SÍNTOMAS DEL DENGUE
Dengue: El Dengue hemorrágico es una enfermedad aguda de origen viral, transmitida por un artrópodo, con un espectro variable de manifestaciones que ha obligado a separarlos en dos grupos: el cuadro que se acompaña de manifestaciones hemorrágicas; el segundo grupo en el cual aparte de lo anterior el paciente presentara compromiso de su estado hemodinámico llegando en algunos casos al colapso y shock, síndrome de shock dengue hemorrágico. Los virus del dengue pertenecen al género Flavivirus de la familia Togaviridae, con cuatro serotipos denominados Den-1, Den-2, Den-3 y Den-4, los cuales por su heterogenicidad inmunológica y biológica se ha denominado complejo del virus dengue. El vector más conocido del dengue es el Aedes aegypti, de distribución geográfica muy amplia en toda la zona tórrida del globo, el cual en lugar de controlarse, ha venido propagándose en forma alarmante. Mientras no se logré concienciar a la población en riesgo de que la única manera de combatirlo es eliminar sus posibles criaderos domésticos, no se logrará su control. Las características clínicas del dengue pueden se diferentes dependiendo de la edad del paciente y la severidad de la enfermedad. Los lactantes pueden iniciar sólo como un proceso febril con erupción maculopapulosa indeferenciada; a medida que aumenta la edad se identifican otros signos y síntomas como astenia, adinamia, mialgias, dolor a los movimientos oculares y cefalea. La fiebre normalmente no dura más allá del quinto día y el exantema puede o no estar presente. El dengue hemorrágico, en principio, es indistinguible del dengue clásico, pero la presencia de alguna manifestación hemorrágica (petequias, equimosis, epistaxis, gingivirragia, melenas, etc., o por lo menos una prueba de torniquete positiva) hace la diferencia clínica. En estos pacientes, además se produce sed intensa por deshidratación, dolor abdominal epigástrico y al final del período febril o después, puede aparecer un segundo exantema muy característico por la confluencia del eritema con petequias, que no desaparecen a la digitopresión y que deja algunas zonas más claras o pálidas que parecen cicatrices si no se conservan cuidadosamente. Algunos niños presentan hepatomegalia; no suele haber ictericia pero puede confundirse con una hepatitis (la cual de suyo puede producirse por el virus dengue). Son frecuentes los derrames serosos (edemas, hidrotórax, ascitis) y ocasionalmente otros como hidrocele, derrame pericárdico o articular. El choque suele presentarse entre el tercer y sexto día después del comienzo del periodo febril e inicia en forma insidiosa con palidez, piel fría, pulso débil y rápido, inquietud o tendencia a la letargia y dolor abdominal progresivo que puede confundirse con abdomen agudo por la defensa abdominal que suscita la ascitis presente en algunos casos. La presión arterial (PA) puede disminuir en sus cifras sistólicas y diastólicas o la diferencia entre ellas (presión del pulso (pp)) a menos de 20mmhg. Sino se administran líquidos oportunamente y en las cantidades adecuadas, se puede progresar a choque profundo con presión arterial y pulso imperceptible. La conciencia solo se pierde en fases muy profundas, edema pulmonar no cardiogénico puede presentarse en el curso del choque o sobrecarga del líquido al final del mismo cuando regresan en forma masiva líquidos al espacio intravascular. Si se proporciona una terapia adecuada, el choque no suele durar más de doce horas. Si se logra superar la etapa crítica y no se presentan complicaciones, los pacientes se recuperan habitualmente sin secuelas. El objetivo fundamental en estos pacientes es revertir las alteraciones fisiopatológicas hasta la normalidad del volumen sanguíneo. Existen criterios de hospitalización: hemoconcentración, vómitos numerosos, sudoración, lipotimia, hipotensión, manifestaciones hemorrágicas, dolor torácico, disnea, hipoventilación, dolor abdominal, cianosis. Se deben tener en cuenta los signos de alarma que contribuyen a decir hospitalización. Si el paciente tiene una fiebre por dengue hemorrágico, se inician líquidos orales con sales de rehidratación oral, jugos, Acetaminofén en caso de encontrarse febril. Si él vómito es persistente, hay acidosis o hemoconcentración, se inicial líquidos parenterales con 1500 ml por m2 de superficie siendo la mitad en Ringer y la otra mitad una mezcla de glucosa al 5% con electrolitos. La mitad se administra en las primeras 8 horas y el resto en las otras 16 horas, corrigiendo el grado de deshidratación que el paciente presente si es el caso.