23/05/2022
Relató parte 1:
Desde siempre he tenido sueños sumisos en los que me entregaba a una Diosa Femenina, vestida de cuero, con botas altas y la fusta en la mano. Llegados a los 20 años, aprovechando un viaje a la capital, contacte con un Ama Profesional. Tras chatear durante una hora, concerté una sesión en la que el Ama haría conmigo todo lo que quisiera. Deseaba que me utilizara, me humillara, me feminizara y sabe dios cuantas cosas más pasaban por mi imaginación. Inocente de mí, no sabía dónde me metía.
Llegue a la hora acordada, toque al timbre y se abrió la puerta, entré y la puerta se cerró tras de mí. Entonces la vi. Era alta, hermosa, con unos ojos cautivadores. Vestía un vestido de punto negro, con unas botas negras de cuero, por encima de la rodilla. No supe que decir.
Me hizo pasar a un salón y charlamos. Acordamos que practicas realizar y cuáles no. La verdad, es que no supe decirle que no a nada.
Tras la higiene respectiva, me postre de rodillas con la frente pegada en el suelo a la puerta de la mazmorra. Ella salió y me puso un collar con cadena. Tiró de ella y me hizo pasar a cuatro patas al interior. Allí hay todo tipo de artilugios, máquinas y accesorios, algunos de los cuales no tenía ni idea de para que servían.
El miedo se apodero de mí, pero mi polla indicaba que todo aquello me gustaba, por lo que me deje hacer. Ella era maravillosa, tan pronto me trataba con dulzura, cambiaba y se volvía como una tigresa. Empecé adorando las botas del Ama, saque brillo a las ...
.. botas durante un buen rato hasta que ya tenía la lengua dormida. Después me ato a la cruz. Tras ponerme pinzas en los pezones y huevos empezó a fustigarme con varias palas y látigos. Después me ato al potro y fustigo mi c**o hasta ponerlo morado.