04/02/2025
Sabías que la madre chimpancé MAYSA tuvo en brazos a su cría fallecida durante tres días. Llevaba a su bebé mu**ta en brazos y le miraba la cara atentamente, aún cuando ello le dificultaba el comer y el moverse.
Normalmente las crías chimpancé se agarran de las piernas de sus madres y así les permiten a ellas tener las manos libres para otras actividades. MAYSA solo cargaba a su bebé, dejando de cuidar de sí misma y de interactuar con el grupo de otros chimpancé. A pesar de ello, no le daba el pecho a su bebé en señal de saber que no estaba viva.
En señal compasiva, otros chimpancé del grupo la acicalaban, mientras ella se concentraba en su cría. Con los días MAYSA fue capaz de soltar el cuerpo.
Sin embargo, los experimentadores también se dieron cuenta que cuando una cría chimpancé moría por una enfermedad muy contagiosa y ellos mismos retiraban el cuerpo rápidamente sin darle la posibilidad a esa madre de experimentar con su hijo y registrar la experiencia, la madre chimpancé buscaba a ese bebé vocalizandolo todo el tiempo durante semanas, en un llanto desgarrador.
Este comportamiento no se observa cuando se permite a la madre dejar a la cría fallecida con ella hasta cuando ella lo considere adecuado.
La historia de MAYSA nos enseña la importancia de poder registrar la experiencia de la muerte de un hijo a través del contacto físico, de las caricias, del contacto con el olor y de sentir al bebé aún sin vida.
El duelo gestacional en una gran cantidad de casos, no permite ese primer registro de la experiencia porque no hay bebé alguno que ver y sentir. Es el duelo de lo intangible, de lo invisible, de lo imperceptible.
Si quieres conocer y formarte como Terapeuta Transpersonal especialista en duelos en fertilidad y en duelos gestacionales, tienes la oportunidad de hacerlo desde ANYDAR.
Empezamos el sábado 26 de Abril.
Quedan pocas vacantes.