30/11/2025
👉"“El silencio emocional de una niña que nadie cuidó… sigue hablando en la mujer que eres hoy”
Hay mujeres que crecieron sin que nadie las protegiera.
Sin un abrazo que calmara el miedo.
Sin una voz que les dijera “estoy contigo”.
Sin un hogar que oliera a seguridad.
Y cuando creces así… el cariño no es un lenguaje, es un misterio.
A esa niña que nadie sostuvo, hoy le exigen que sepa amar como si hubiera aprendido en una casa perfecta.
Le reclaman “por qué eres tan fría”, “por qué te cuesta
demostrar afecto”, “por qué no dices lo que sientes”.
Y ella se queda callada.
Porque no es que no quiera… es que nadie le enseñó.
Ella vivió a punta de sobrevivir, no de sentir.
Hay mujeres que crecieron pagando sus propias cuentas emocionales desde pequeñas.
Aprendieron a cuidarse solas, a llorar en silencio, a resolver lo que otros rompían.
Esa infancia también genera deudas: de amor, de tiempo, de caricias, de palabras que jamás llegaron.
Y esas deudas emocionales son las más caras; te cuestan paz, relaciones, autoestima… y a veces te hacen pagar intereses en la adultez.
Pero aquí viene la parte que nadie dice:
no es culpa tuya.
No eres fría, no estás rota, no eres complicada.
Estás aprendiendo un idioma emocional que nunca te enseñaron, y lo estás haciendo en medio de la vida, del trabajo, de los hijos, de las facturas, del cansancio, de un corazón que ya ha sido demasiado fuerte durante demasiado tiempo.
La verdad es que amar también da miedo cuando nunca te amaron bien.
Y permitir que te amen es todavía peor, porque tu mente cree que el amor es un lujo que no mereces o una deuda que no puedes pagar.
Pero un día —y ojalá ese día sea hoy— entiendes que romper ese patrón también es amor propio.
Que cuidarte no es egoísmo, es reparación.
Que dejar de repetir la historia es riqueza emocional.
Y que tú no naciste para conformarte: naciste para sanar, reconstruir y recibir lo que nunca tuviste.
No estás sola.
Y lo más hermoso es que puedes aprender a amar sin haber sido amada.
Puedes dar lo que no recibiste, porque ahora entiendes lo que vale.
Esa es tu verdadera fortaleza.
---mendoza male