09/12/2025
Fueron tres días de entrenamiento…
y también tres días de volver al corazón de nuestra humanidad.
Más de cien corazones reunidos,
no por casualidad, sino por ese instinto antiguo
de reconocer en otros la misma vulnerabilidad
y la misma esperanza.
Entrenamos técnica, sí.
Pero lo que realmente ocurrió fue otra cosa.
tejimos un cuerpo colectivo,
un espacio donde la vergüenza aflojó,
el amor encontró lenguaje
y la presencia se volvió respiración compartida.
“El amor nos revela en un solo cuerpo.”
Y ahí estuvimos, revelados.
Mirándonos sin defensas,
sosteniéndonos en el temblor,
practicando esa valentía suave
de dejarnos tocar por la vida.