18/02/2024
LAS QUE VIVEN EN MÍ
Hay una niña, una mujer niña y una mujer en mí.
La niña está siempre a la defensiva, temerosa y en alerta constante, le duelen sus heridas, le duelen ahora que fueron tocadas, porque la vieron sin ser vista, eso la lastima. Mi niña ha llorado porque se sintió expuesta, sin protección y forzada a estar en una situación que tocaba sus miedos más profundos.
La mujer niña, es la que aparece cuando algo en mi presente toca esas heridas, o que una situación me empuja a un papel que no me gusta, que rechazo. Se enoja, zapatea, exige, grita y golpea, siente mucha rabia y frustración cuando calla, cuando no dice lo que quiere, lo que espera, lo que necesita y ha sentido que esto ha terminado en un distanciamiento que inicia con el silencio.
La mujer, este lado es la fuerte, la independiente y un poco loca, y es esa locura lo que más me gusta de mí, pero también, esta parte mía, siente miedo cuando se encuentra en una situación que la vuelve vulnerable y se escapa para sentirse segura. Se mira y descubre que ha estado mucho tiempo con la máscara de la fuerza, ella es fuerte, pero la soltó en algún lado y la reemplazó con una máscara; ella posee lujuria, se*******ad y sexualidad, también las soltó, no recuerda donde, pero no quiero la máscara, quiero lo real y hay que empezar reconociendo que en este momento no soy la fuerte, no soy la asertiva, ni la loca sensual – sexual, reconocerlo me ayuda a proteger a esa niña y sostener a la mujer niña para que la mujer (mi yo actual) pueda ser plena, auténtica y fluyendo en libertad.
Las he visto a las tres, a mis tres que viven en mí, todas ellas son yo, a todas ellas les debo dar su lugar, se lo han ganado … todas ellas soy YO.