10/10/2025
Durante muchos años, viví completamente dedicada a mi trabajo.
Seria, responsable, entregada al 100%.
Pero sin darme cuenta, había dejado de disfrutar.
Ni mi trabajo… ni mi vida.
Solo trabajaba. Y los años pasaban.
Hasta que llegué a una empresa donde, por primera vez, me obligaron a tomar vacaciones.
Y fue también la primera vez que apareció el insomnio.
No me hallaba sin trabajar.
Años después, volví a salir de un trabajo… otra vez por mobbing.
Tenía la autoestima muy baja y no sabía cómo defenderme.
Caí en una breve depresión.
Intenté seguir por mi cuenta, pero nada fluía.
Hoy entiendo que no funcionó porque no me valoraba.
Entonces decidí parar.
Y en esa pausa, llegó la crisis de ansiedad…
para protegerme de seguir siendo solo un cascarón vacío.
Fueron meses de insomnio, ataques de pánico, miedo a salir, miedo a comer.
Probé muchas herramientas.
Y aunque me ayudaban, nada me estabilizaba del todo.
Hasta que un día, cansada de luchar, me rendí.
En meditación le dije a Dios:
✨ “Haz conmigo lo que quieras.” ✨
Y algo cambió.
Sentí una paz inmensa.
Continué practicando las herramientas que ya tenía con mucha diligencia: yoga, reiki, meditación, cuarzos…
Creí que ya estaba bien…
Pero el 2020 me mostró que aún quedaba algo por sanar: mi mente, mis creencias, mi forma de verme.
Con la psicoterapia y el coaching entendí que no somos cuerpo o mente o espíritu.
Somos TODO eso. Y somos parte de un TODO, la conciencia colectiva.
Desde entonces, disfruto más la vida, los viajes, la familia, los amigos…
Y amo lo que hago.
Hoy me permito sentir.
Hay días buenos y otros no tanto,
y en todos ellos, me abrazo.
Ya no vivo en el “hacer, hacer, hacer” para sentirme bien.
Ahora soy, y desde ahí, creo.
Te comparto esto con el corazón abierto,
para recordarte que no estás sola. 💜
La vida es como una espiral: a veces sube, a veces baja…
pero mientras te tengas, te ames y te aceptes,
siempre volverás a subir. 💫