01/12/2025
¿QUE SI ME ESFUERZO PUEDO SALVAR MI PIERNA DAÑADA? NOOOO. AMPUTE NOMÁS DOCTOR, AMPUTE, AMPUTE. MUCHA CHAMBA
El razonamiento detrás de esa metáfora tan fuerte (divorciarse = amputarse una pierna sana por flojera) suele venir de expertos en terapia matrimonial (especialmente los que trabajan con enfoques como el de John Gottman, el método EFT de Sue Johnson o la terapia de Terry Real) y se basa en varias ideas bien documentadas:
1. La mayoría de los matrimonios que terminan en divorcio NO eran “irrecuperables”:
- Estudios longitudinales (como los de Gottman o los de la Universidad de Chicago) muestran que aproximadamente "el 70 % de las parejas que se divorcian" tenían problemas que, en realidad, eran "solucionables" con terapia adecuada, cambio de hábitos y esfuerzo sostenido.
- Solo alrededor del 30 % de los divorcios provienen de matrimonios con problemas realmente graves y crónicos (violencia física severa, adicciones no tratadas, infidelidad serial sin arrepentimiento, etc.). El otro 70 % se divorcia por “incompatibilidad”, “ya no siento lo mismo”, “nos alejamos”, “es mucho esfuerzo”, etc.
2. El matrimonio es como un órgano que duele, no como uno mu**to
- Cuando una pierna está gangrenada o destrozada, la amputación es la única opción. Pero cuando duele porque tienes una fractura, tendinitis o una herida infectada, lo normal es tratarla: yeso, rehabilitación, antibióticos, etc.
- Muchos matrimonios llegan al divorcio con “heridas infectadas” (falta de comunicación, desprecio acumulado, desconexión emocional, s**o infrecuente, críticas constantes), pero esas heridas "tienen tratamientos con tasas de éxito altísimas" (70-80 % de recuperación con terapia bien hecha, según Gottman y otros).
3. La “flojera” o la aversión al esfuerzo incómodo
- Salvar un matrimonio en crisis requiere:
- Terapia de pareja (que suele ser incómoda al principio).
- Aprender habilidades nuevas (regular emociones, pedir perdón de verdad, escuchar sin defenderse, reconstruir intimidad sexual y emocional).
- Tolerar meses (a veces 1-2 años) de trabajo arduo antes de que vuelva a sentirse “fácil”.
- Mucha gente prefiere divorciarse porque parece la solución rápida: “corto por lo sano y listo”. Es como alguien que tiene dolor crónico de rodilla y en vez de hacer rehabilitación, dieta y fortalecimiento muscular, pide que le corten la pierna porque “es más fácil”.
4. Las consecuencias a largo plazo
- Quien se “amputa” la pierna (se divorcia de un matrimonio salvable) luego descubre que:
- La soledad post-divorcio es más dura de lo que imaginaba.
- Encontrar una nueva pareja estable y de calidad no es tan fácil (sobre todo después de los 40).
- Los hijos (si los hay) suelen sufrir secuelas emocionales y económicas.
- Muchos se arrepienten años después y dicen cosas como “ojalá hubiéramos peleado más por el matrimonio”.
- En cambio, las parejas que hacen el trabajo duro y salvan el matrimonio suelen terminar más felices que antes de la crisis (efecto “post-traumático positivo” bien documentado).
En resumen
La metáfora dice:
"Estás pidiendo que te corten una pierna que duele mucho y que te da pereza curar, pero que con rehabilitación podría volver a funcionar perfectamente (incluso mejor que antes). Y una vez que te la corten, ya no hay vuelta atrás."
No significa que nunca haya que divorciarse (hay piernas que sí están muertas o gangrenadas), pero sí que la mayoría de las veces la gente pide la amputación mucho antes de haber agotado las opciones de curación. Por eso el experto lo llama “flojera”: no flojera física, sino flojera emocional y existencial de hacer el trabajo profundo que requiere salvar algo valioso.