02/08/2025
"Esta fotografía dio la vuelta al mundo… y nadie pudo permanecer indiferente."
Año 1987. Zabrze, un pequeño pueblo de Polonia. En la imagen, un cirujano exhausto se sienta frente a un monitor. Su rostro refleja el cansancio de una batalla librada con cada fibra de su ser.
En la esquina de la sala, un asistente duerme rendido en el suelo, sin fuerzas para llegar siquiera a una silla. Acaban de completar una operación de trasplante de corazón que duró 23 horas.
Ante nosotros no hay solo una fotografía. Es la captura de un milagro.
En la imagen está el renombrado cardiólogo polaco Zbigniew Religa. Acaba de devolverle la vida a un hombre al que todos daban por perdido.
El paciente: Tadeusz Żytkiewicz, profesor jubilado, víctima de tres infartos y sin esperanza. Nadie quiso operarlo: el riesgo era demasiado alto. Pero él, aferrado a la esperanza, escribió una carta con solo tres líneas:
"Soy profesor. Mi corazón está enfermo. Por favor, ayúdeme."
Y el doctor respondió, con la misma sencillez y humanidad:
"Por favor, venga."
No preguntó su edad. No puso excusas. Solo actuó.
Fueron 23 horas entre la vida y la muerte. Y la operación fue un éxito.
Tadeusz vivió 30 años más. Murió en 2017 a los 91 años, habiendo sobrevivido a su médico.
El Dr. Religa falleció en 2009, a los 70 años. Pero su legado sigue vivo. No solo como pionero de la medicina, sino como símbolo de compasión, valentía y entrega. Muchos dicen que sus manos eran guiadas por Dios.
Esta imagen no es simplemente un documento visual. Es un testimonio de lo que puede lograr la fe en la humanidad. Una historia real donde la ciencia, el amor y la voluntad se unieron para escribir un final feliz.
Un triunfo no solo médico… sino profundamente humano. Ver menos