31/10/2025
Cada día los noticieros nos muestran una realidad que nos conmueve…
Personas que han perdido la calma, la empatía y la capacidad de escuchar.
Vivimos en un mundo donde la intolerancia crece más rápido que la compasión, y ante esa realidad, los docentes no podemos quedarnos indiferentes.
Hoy más que nunca, educar es mirar más allá de los libros y las notas.
Es mirar al ser humano que aprende, porque muchos de nuestros estudiantes cargan vacíos emocionales y los docentes pueden convertirse en puente hacia la empatía, el apoyo, la calma y la autoconfianza.
De nada sirve que un estudiante obtenga excelentes calificaciones si no sabe manejar sus emociones o trabajar con otros.
El verdadero éxito educativo no está en la mente que memoriza, sino en el corazón que comprende.
Educar emocionalmente es transformar vidas. Porque cuando enseñamos con el alma, sembramos humanidad para siempre.
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Con Nuevos Ojos
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Jisela Cacho – Consultora
M.A. Liderazgo & Administración
Psicología Positiva
