22/11/2025
A veces el cuerpo habla antes que las palabras y antes que la emoción misma. Un n**o en la garganta, el pecho apretado, un calor en la cara, una inquietud en las manos… Todo eso suele aparecer mucho antes de que logremos decir “estoy triste”, “estoy ansioso/a”, o “esto me duele”.
Por eso es tan importante escucharnos.
Cuando prestamos atención a las señales del cuerpo, comenzamos a reconocer de dónde vienen, qué las activa y qué intentan decirnos. Así aprendemos a gestionar no solo lo que sentimos, sino también lo que percibimos e interpretamos sobre el mundo y sobre nosotros mismos.
Las sensaciones son mensajeras. Nos guían hacia lo que necesitamos, hacia lo que debemos mirar, atender o cuidar. Escucharlas es un acto de autoconsciencia…