04/11/2025
Los que me conocen saben —y para los que no, les cuento— que abrazo una visión de la psicología que trasciende el beneficio individual y apuesta por una práctica liberadora, humana y colectiva. Creo firmemente que nuestro trabajo debe estar al servicio de la dignidad y la justicia social, promoviendo una práctica que cuestione y resista los sistemas que perpetúan la precariedad y las desigualdades.
Vivimos un momento difícil en el país, marcado por la falta de un sistema educativo sólido, de servicios de salud accesibles, de estabilidad económica, de condiciones dignas de vida y por la persistente violencia contra las mujeres. Todo esto sigue afectando profundamente la salud mental de nuestra gente.
En medio de esa realidad, reconozco y abrazo a los y las colegas que no separan el ejercicio de acompañamiento de la lucha por un país donde vivir no duela tanto.
Mi trabajo no se limita a los espacios clínicos o escolares; también es político, ético y comunitario. Cada espacio de escucha, de contención o de acompañamiento es, también, un acto de resistencia.
En esta semana, celebro a los y las colegas que ejercen esta profesión con compromiso, sensibilidad y conciencia social.
Que esta semana en la que se celebra nuestra labor sirva también para levantar los reclamos necesarios hacia un país emocionalmente seguro, justo y humano.
Es hora de dejar de vender la psicología como el único remedio, cuando las heridas más profundas siguen siendo estructurales y sostenidas por sistemas que fallan en garantizar una vida digna.
No soltemos la psicología basada en evidencia, pero abracemos una mirada más humana, más empática, más consciente del contexto en el que vivimos y trabajamos.
Agradezco profundamente poder trabajar en lo que amo, acompañar a tantas personas en sus procesos y sentir la confianza que depositan en mí.
En medio de un contexto que duele y agota, sigo luchando, resistiendo, acompañando y sosteniendo.
Con amor,
Lic. Zwelkys Báez González