21/12/2025
Te propongo un ejrcicio muy sencillo pero muy efectivo para esos días en que todo parece salir mal 😉 *“Regular el ánimo, permitir el gozo”*
Objetivo:
No “sentirse bien”, sino aflojar el ánimo y permitir una disposición interna más liviana.
*Paso 1 — Nombrar el estado*
Detente un momento y pregúntate, sin analizar:
¿Cómo está hoy mi ánimo?
No cómo debería estar.
Cómo está.
Nómbralo con una palabra simple:
cansado, tenso, neutro, apagado, sensible, tranquilo.
Nombrar ya baja la exigencia.
*Paso 2 — Quitarle peso al ánimo*
Lleva una mano al pecho o al abdomen y decís internamente:
“No necesito cambiar mi ánimo.
Solo puedo acompañarlo.”
Respira lento una vez.
Exhala más largo que la inhalación.
Esto regula el sistema nervioso
y corta la lucha interna.
*Paso 3 — Localizar lo que sí sostiene*
Ahora pregúntate:
¿Qué cosa pequeña hoy no estuvo mal?
No busques algo lindo.
Busca algo suficientemente bueno:
– un momento sin tensión
– algo que salió mejor de lo esperado
– un alivio breve
– una risa mínima
– una pausa
Eso es gozo en estado realista.
*Paso 4 — Dejar que el ánimo se acomode*
Di internamente:
“Esto también cuenta.”
Sentí qué pasa en el cuerpo.
Aunque sea apenas.
Ese pequeño aflojamiento
es alegría del ánimo.
*Paso 5 — Cierre consciente*
Cierra con esta frase:
“El gozo vive en lo pequeño que sí está.”
No para convencerte.
Para recordarlo.
*¿Por qué funciona este ejercicio?*
Porque el gozo no aparece cuando forzamos emociones,
sino cuando:
dejamos de exigirnos estar bien
regulamos el ánimo
reconocemos lo que sostiene
validamos lo pequeño
Eso no niega el dolor,
pero evita que gobierne todo el clima interno.